Entretenida cinta de aventuras submarinas que, sabiéndose a rebufo de la excelente "Tiburón", hace de la falta de pretensiones su mayor virtud.
Peter Yates dirige con buen pulso y acertado sentido del ritmo, y ejecuta con eficacia las angustiosas escenas subacuáticas. Se rodea, además, de un reparto muy correcto.
El rubio platino Nick Nolte bebe menos de lo que acostumbra y se muestra cómodo en su rol testarudo de siempre. Robert Shaw es el mismo lobo de mar que en "Tiburón", algo más sociable y con mejor suerte. El mugriento Eli "Tuco" Wallach se hace mayor pero no pierde esa mirada turbia de soslayo tan suya que invita a todo menos a la confianza. Jaqueline Bisset compone un hermoso florero, luce palmito y sufre vejaciones varias, vudú haitiano entre ellas.
Gran mérito de la cinta, junto a la humildad de sus premisas y su desdén por las complicaciones innecesarias, es el modo muy respetable en que ha envejecido. Ello puede decirse de pocas producciones del mismo pelaje que le son coetáneas.
Si bien el trato realizado con el narco isleño resulta un tanto increíble; hoy día, devorados los fondos públicos destinados a la investigación por esta estafa que llaman Crisis, no parece tan mala forma de financiar la exploración de los maltratados fondos marinos.