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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
8
Drama Charles Horman (John Shea), un joven e idealista periodista norteamericano, desaparece de su domicilio en Santiago de Chile tras el golpe de Estado del general Augusto Pinochet (11-9-1973). Su mujer (Sissy Spacek) y su padre (Jack Lemmon), que se traslada allí desde los Estados Unidos, intentan averiguar su paradero y vivirán una auténtica odisea recorriendo las instituciones diplomáticas norteamericanas y tropezando con infinitas trabas burocráticas. (FILMAFFINITY) [+]
9 de mayo de 2017
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que trascienden lo puramente cinematográfico para adentrarse en el terreno de la ética. “Missing” se cuenta entre ellas sin ningún género de dudas, una obra necesaria bajo cualquier prisma, bien sea moral, político o simple y llanamente humano. Sobre todo en el momento en que fue estrenada, 1982, apenas nueve años después del golpe y a ocho todavía de que la oprobiosa Junta Militar chilena tuviera el detalle de “autodisolverse”. Pero también hoy. Y siempre.
Recuerdo que, cuando la vi por primera vez, en mis tiempos de airado estudiante de Ciencias Políticas y militancia en las filas del comunismo ortodoxo, lo que más me impactó de “Missing” fue la perfidia del régimen instaurado por Pinochet, especialmente la impunidad con que los “milicos” perpetraban sus tropelías genocidas, junto a la criminal complicidad, cuando no desvergonzada incitación, de los diplomáticos... que diga, agentes norteamericanos.
Aunque la denuncia que plantea no ha perdido un ápice de vigor y muchas de sus imágenes siguen contándose entre las más escalofriantes de la historia del cine, este nuevo visionado, remansado quizá por el poso que deja la edad, me ha impresionado por la interpretación de Jack Lemmon. Haciendo gala de una sobriedad gestual desacostumbrada, entrega un trabajo estremecedor, posiblemente el mejor de su laureada carrera. Compone el padre coraje por antonomasia y su angustia creciente resulta tan verosímil que logra sacudir la conciencia del más cínico espectador, si es que cabe cinismo alguno ante la tragedia servida.
Con independencia del compromiso que caracteriza todas sus películas, Costa-Gavras exhibe en “Missing” un admirable manejo del tempo narrativo, dosificando la intriga con tal pericia que la historia hubiera funcionado a la perfección como thriller en si misma.
Por último, el etéreo, casi fantasmagórico “score” a cargo del antaño ubicuo Vangelis crea una muy ajustada atmósfera de irrealidad pesadillesca. Lo especialmente doloroso, insisto, es que nada de lo que se cuenta es ficticio.
Carorpar
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