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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
5
Serie de TV. Ciencia ficción. Thriller. Drama Serie de TV (2018). 1 temporadas. 10 episodios. Altered Carbon se desarrolla en medio del siglo XXV, una época en la que las personas ya no mueren, técnicamente, sino que sus mentes y consciencias son transferidas de un cuerpo a otro... Adaptación de la novela de Richard Morgan que se centra en la historia de Takeshi Kovacs, un detective que se ve envuelto en una enorme conspiración, 500 años en el futuro, en medio de un mundo cyberpunk. (FILMAFFINITY) [+]
21 de marzo de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Habida cuenta de la proliferación de coches voladores surcando el “skyline” pespunteado de hologramas publicitarios, la comparación con “Blade Runner” (ídem, 1982) —¿Por qué nunca con “Akira” (ídem, 1988), o incluso “Metropolis” (Metrópolis, 1927)?— se antojaba inevitable. Y estoy de acuerdo... si aquélla la hubiera escrito, dirigido y protagonizado Jean-Claude Van Damme. Con todos mis respetos para con las “Coces de Bruselas” y las inquietudes intelectuales que pueda albergar, la apuesta de “Altered Carbon” por la violencia gratuita en perjuicio de cualquier reflexión ética hace que, a su lado, “Total Recall” (Desafío total, 1990), otra referencia obvia, parezca la “Fundamentación de la metafísica de las costumbres”.
Quizá conscientes de ello, y asaltados por un súbito sentimiento de culpa o complejo de inferioridad, sus responsables tratan de enmascarar la superficialidad discursiva introduciendo, a media temporada y con un calzador del tamaño de los bíceps de su protagonista, una serie de meandros argumentales, subterfugios dramáticos y viceversa que no hacen sino subrayar la paquidérmica torpeza del guión. Sobre todo porque, como si temiesen perder —ellos— el hilo, se enfrascan en prolijas explicaciones previa irrupción “Deus ex machina” de quien sea menester, animal, vegetal o mineral, a fin de preservar un rastro de coherencia que la naturaleza loquérrima del producto no demanda en absoluto.
En efecto, desde el primer episodio uno sabe de sobra a qué atenerse con “Altered Carbon”, digan lo que digan tantos voluntariosos plumillas en nómina: hostias como panes y cuerpos esculturales en un escenario canónicamente distópico, sempiterna lluvia ácida incluida. Pedirle peras al olmo y un mínimo atisbo de actividad neuronal a cualquiera de los mastuerzos que la recorren tiene la misma lógica que, no sé, cagar haciendo el pino, por recurrir a un símil de refinamiento análogo al de esta serie. A partir de lo cual, asumido que no estamos ante ninguna piedra de toque del pensamiento occidental, podremos empezar a apreciar sus virtudes, que las tiene, no se crean.
Se hace imposible, por ejemplo, no divertirse como un enano con el apabullante despliegue de acción. Éste se adorna, además, con un diseño de producción ciertamente aseado, en el que los efectos digitales, aun abundantes, no impiden paladear el regustillo artesanal del buen “pulp” añejo. Por otra parte, la despreocupación con que los personajes cambian de “funda” supone una curiosa vuelta de tuerca a la ya de por sí juguetona hipótesis de los cerebros en cubetas que popularizara “The Matrix (Matrix, 1999). Da lugar, de hecho, a alguna que otra situación bastante chocarrera, con las insólitas “esposa” y “abuela” que les caen en suerte a Ato Essandoh y Martha Higareda, respectivamente. Los profesores de Filosofía de primero de bachillerato harían bien en tomar nota, tal vez ayudase a que nuestros adolescentes detestasen un poco menos la asignatura. Vaya, después de todo, “Altered Carbon” no va a ser todo lo estúpida que amenazaba.
Carorpar
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