Hito cinematográfico y de la Historia del Arte toda. George Méliès, padre de lo efectos especiales, alumbra el primer film de ciencia-ficción ¡apenas seis años después de nacido el cine!
El ilusionista Méliès fue el primero en muchas cosas, entre ellas descubrir las posibilidades que como espectáculo de masas albergaba aquel incipiente fenómeno de barraca de feria que era el cinematógrafo. Su descubrimiento fortuito del trucaje y un enorme talento hicieron el resto.
"Viaje a la luna", su obra más ambiciosa, es la encantadora recreación del viaje espacial efectuado por un grupo de sabios barbudos enfundados en coloridos chaqués, aparentemente tan locos como el propio Méliès y otros pioneros del séptimo arte- Pathé, Gaumont- debieron de resultar a sus coetáneos.
Si bien Méliès desconoce la profundidad de campo y la escenografía cruje a decorado y tramoya, "Viaje a la luna" es mucho más que los teatrillos filmados que eran las primeras cintas de ficción. A ello contribuye, en gran media, la puesta en práctica de los trucajes antes mencionados, a cuyo desarrollo y perfeccionamiento consagró el juguetón Méliès porción nada desdeñable de sus artes.
Mención especial merece, para terminar, el milagro obrado por el equipo encargado de restaurar la deteriorada copia ¡en color! hallada por los herederos de Segundo de Chomón, otro de aquellos locos brillantes gracias a cuya rara vocación tenemos, quienes amamos el cine, la suerte de salpicar esta vida tan gris de instantes, más o menos largos, de inmensa felicidad.
No queda sino decir- gritar- muchísimas gracias.