Ante todo quisiera romper una lanza a favor de una cinta vapuleada, creo injustamente, por una medida nada desdeñable de colaboradores de esta página. Sólo desde una visión muy prejuiciada se puede dar semejante paliza skin a una película con tan escasas pretensiones como "Skyline".
Si bien es cierto que el personaje interpretado por Donald Faison (el doctor Christopher Turk en la hilarante "Scrubs") resulta muy poco serio, tan poco creíble como que un pepinazo nuclear en el cielo de Los Ángeles tenga como única consecuencia unas cuantas ventanas rotas; son sólo dos detalles- no pequeños, lo reconozco (el "Osito Marrón" Turk está enorme)- que no convierten, ni mucho menos, a "Skyline" en el bodrio que algunos parecen empeñados en hacernos creer que es.
"Skyline" es, por contra, una correctísima serie B que alcanza con creces los objetivos de las películas de su pelaje. A saber, entretener al respetable. Además, sus noventa minutos de acción sin contemplaciones contienen una serie de reacciones y decisiones mucho más lógicas que las acostumbradas. Así, la incertidumbre y el desconcierto nublan el entendimiento de los personajes durante toda la película, a diferencia de la mayoría de historias similares, en las que, apenas estallada la crisis, encontramos al guaperas de turno largando órdenes con la precisión y el acierto de un mariscal de campo. Que la mencionada ofuscación esté mejor o peor interpretada ya es otro cantar.
Considero también sumamente acertada la opción de los hermanos Strause por la unidad de escenario. Estoy cansado de ver lozanos post-adolescentes paseándose como Pedro por su casa entre los rescoldos al rojo del apocalipsis.
Por último, el diseño de producción y los efectos especiales son de un mérito admirable, más si tenemos en cuenta lo ajustado del presupuesto.