Haz click aquí para copiar la URL
España España · Valencia
Voto de Carorpar:
2
Terror Clyde y Stephanie Brenek no ven motivo de alarma en la extraña obsesión de su hija, Em, por una caja antigua de madera que ha comprado de segunda mano. Pero cuando su comportamiento se vuelve agresivo, la pareja empieza a temerse que haya una presencia maléfica entre ellos. (FILMAFFINITY)
8 de diciembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las malas películas de terror tienen al menos una cosa positiva, y es que, aún involuntariamente, suelen hacer reír. "The Possession", sin embargo, es tan profunda e insultantemente detestable que ni siquiera invita, no ya a la carcajada, sino a una leve sonrisa condescendiente.
Atención, spoiler: "The Possession" no da miedo. Nada sorprendente, por otra parte, teniendo en cuenta el precario estado en que se encuentra el género hoy día. Lo único que realmente asusta de este aborto es una ejecución fílmica que hace merecedores de ejecución en la plaza pública a sus perpetradores. Parece escrita por un lobotomizado y montada por un ciego. La sabemos dirigida por un tal Ole Bornedal, a quien además de lo anterior, sin ánimo de prejuzgar ni animosidad personal de ningún tipo, supongo también "sordo, tartamudo, torpe, traste y testarudo"- nunca pensé que citaría a Shakira, si bien es cierto que el cine, como la política, hace extraños compañeros de cama-.
Pero no es la flagrante impericia técnica lo más ignominioso de esta bazofia, sino las inflamadas pretensiones que acumula. "The Possession" se quiere, sin pudor alguno, un "aggiornamento" de "El exorcista". Lo que no tiene en cuenta es que aquella es una estupenda película- que, aún vista varias veces, sí da miedo- cuyo éxito se basó en la humildad de sus premisas y en la sabiduría cinematográfica de su artífice, el artesano William Friedkin.
A Ole Bornedal se le "acaba el argumento y la metodología"- lo he vuelto a hacer, ¡sal de este cuerpo!- una vez establecido el credo al que tiene aversión el espíritu maligno de turno. A partir de entonces- miento, también antes, incluso en los títulos de crédito- asistimos a una aparatosa sucesión de fundidos en negro- os preguntaréis porqué. Yo también-, y abultados fallos de raccord. Todo ello salpicado con los sinsentidos dialógicos entablados por los retrasados mentales de una familia desestructurada cuyo cabeza de familia, Jeffrey Dean Morgan, recuerda, conforme avanza la película y en evidente decadencia de carisma, a Robert Downey Jr. primero, a Bardem después- Javier, no Pilar-, y, por último y para su desgracia, a Fernando Alonso.
Olvidaba la presencia de un judío ultraortodoxo que tiene un ipod. ¿Con ello se pretendía hacer un chiste? Kyra Sedgwick, antaño secundaria de cierto renombre, sigue buscándole la gracia; lo mismo respecto a sus motivos para inscribir su nombre en un bodrio de tal magnitud. Yo he renunciado.
Carorpar
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow