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España España · Santiago de Compostela
Voto de The Big Dipper:
7
Western. Drama. Romance En el verano de 1870, Averill e Irvine terminan sus estudios en la Universidad de Harvard. Veinte años después, viven en circunstancias muy distintas. Averill, más serio y visiblemente más viejo, se ha convertido en un "marshall" federal. Por su parte, Irvine, destruido y arruinado por la bebida, pero todavía en su sano juicio, es miembro de la asociación Stock Growers Agricultores, que está involucrada en un conflicto. (FILMAFFINITY)
20 de marzo de 2015
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre que una película fracasa en taquilla la crítica de cine dice lo mismo, "lastrada por las mutilaciones a que fue sometida por la productora", pongamos como ejemplo emblemático a Cleopatra (1963), la obra maestra de Mankiewicz.

Sinceramente, yo creo que cuando una película fracasa en taquilla no es porque se le hayan cortado unos minutos, aunque sean muchos. Cuando una película cuenta una buena historia y está bien dirigida, aunque le corten algunos minutos, la película gusta igual. También es cierto que si la productora decide cortar tantos minutos, es porque ha visto algo que no le convence y, sientiéndolo mucho, los productores, algo de cine saben (a ver si ahora genios de la industria como Darryl F. Zanuck no entendían de cine...). Obviamente, producción siempre tiene la taquilla en mente, y cuando revisan el montaje antes de dar luz verde para su proyección en cines, lo primero en lo que piensan es en que la gente no se quede dormida en la butaca (de ahí los cortes, para disminuir la duración del "largometraje").

Pues bien, en el caso que nos toca, más allá de si "La puerta del cielo" pueda ser más o menos entretenida o aburrida para el espectador (a mí me ha parecido, cuando menos, visualmente atractiva). El verdadero problema que yo le encuentro a la película es su transgresión o ataque al sistema de valores yanqui. Efectivamente, se sabe que Michael Cimino se ahogó en su propio ego. Un gran director que pensaba que podía contar lo que le diese la gana puesto que, con el talento que tenía, cualquier historia que quisiera contar, triunfaría. Estaba tremendamente equivocado. El público norteamericano no ocultó su disgusto al ver como se les retrataba como racistas y xenófobos, nacionalistas, conservadores o de derechas que, con tal de preservar su sociedad, podían tolerar el fascismo preventivo como fórmula autoreguladora dentro de su propio sistema. Quizá si Cimino hubiera hecho el mismo ejercicio, o uno parecido, sin la saña o la agresividad de la que abusa en esta cinta, el público americano lo hubiera entendido. Para hablar claro y sin rodeos, los americanos lo que quieren ver es a John wayne pegando tiros a los indios, que son los malos, y no ver a John Wayne retratado como un "fascista" asesino de indios (que es un punto de vista, pero no el que gusta a la taquilla). Y no es porque no se hayan hecho películas en las que se refleja el punto de vista de los indios o en las que los indios son los protagonistas o, al menos, que no son tan malos (Flecha rota, Un hombre llamado caballo, Bailando con lobos), se trata más bien de no poner a toda la sociedad estadounidense como malos y a los emigrantes extranjeros como buenos (al fin y al cabo, los indios son también americanos y, todos los americanos, tienen su origen en la emigración).

En "La puerta del cielo" ganan los malos y los malos son los americanos (y, además, muy violentos), en Flecha rota, ganan los americanos, nativos incluidos.

La gente quiere ver a un héroe derrotando a los malos, o una historia edificante y no al héroe haciendo de malo, dando una reprimenda al espectador. El público no acude a una sala de cine para recibir una regañina.

Y Cimino no aprendió la lección y se ahogó en su ego (lamentablemente). Eso sí, la escena final es espectacular y recuerda mucho a la de Grupo Salvaje (1969) aunque, ésta última, con un argumento más prudente y menos aleccionador que el de "La puerta del cielo".

Al final, los números son lapidarios, no se puede dirigir un proyecto megalómano (esto es, una película cuyo presupuesto se te vaya de las manos), y que luego genere unos ingresos 15 veces por debajo de los gastos realizados, con el agravante de que nos encontramos ante un caso paradigmático, puesto que "La puerta del cielo" llevó a su productora (la United Artists) a la bancarrota.
The Big Dipper
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