A veces me da vergüenza leer las críticas de los supuestos críticos de cine. Hay películas, y Mary Poppins es una de ellas, que todo el mundo sabe que son clásicos irrepetibles, sin necesidad de ser un experto cinéfilo. Mary Poppins es una de las mejores películas de la historia, punto. ¿Qué la convierte en genial? La originalidad, los valores que transmite, el espíritu infantil, una banda sonora que debería ser patrimonio de la humanidad, ¿quién no escuchó o intentó cantar alguna vez "supercalifrajilisticoespialidoso"? Una película del año 64 que los niños del 2064 seguirán recordando, más que nada porque los niños siempre seguirán siendo niños pero las películas nunca volverán a ser lo mismo. El personaje de Mary Poppins es misterioso, auna ternura y te inquieta al mismo tiempo: ¿de dónde viene? ¿Quién es realmente? Es la niñera por excelencia, que hace felices a los niños pero, al mismo tiempo, es estricta con ellos. En toda película que se precie debe haber una hombre y una mujer, en este caso el deshonillandor hace de contrapunto a Mary Poppins, el entrañable Dick Van Dyke. Luego actores inolvidables como David Tomlinson, que hace de padre de los niños. ¿Por qué Disney es grande? No porque haya comprado Pixar, sino por este tipo de películas, que son las que le han dado la fama, el prestigio y el dinero para poder comprar Pixar, en una época en la que el cine ha perdido la originalidad en favor de la espectacularidad y la convencionalidad. Eso es lo que diferencia a una obra maestra de un producto precocinado. No te pierdas a Julie Andrews en el papel de su vida.