Estamos señores ante la posible peor película jamás llevada al cine. Los Simpson ya parodiaron semejante fenómeno con el cortometraje que el Sr Burns presenta al festival de cine de Springfield en un brillante capítulo. Espectacularidad y topicazos a medias, sin sentido, sin ningún fin. Ni tan siquiera se implica en ninguno de los aspectos que su propio título indica: LA VIDA.

No me sorprende ver como los aficionados al cine echan por tierra su instinto, cayendo en manos de la pretenciosidad y alabando esta montaña de basura. Una vez más vemos como el aire de cultismo que desprende apreciar el truño de Malick puede y arrasa contra LA VERDAD. ¿Y cuál es la verdad? La verdad es que El Árbol de la Vida no es NADA. Es una película vacía, que no se moja, que no quiere transmitir nada, que lo único que trata es de engañar a una serie de zombies del gafapastismo que se masturban viendo películas del pretencioso "namber guan" del cine moderno: Lars von Trier.

Salí del cine partiéndome de risa, ya que lo único que me produce la sociedad si no son lágrimas es risa. Y esto no es más que un producto de ella. Pero ahora me asfixio de rabia al ver las críticas de gente a la que pagan por ello, que vive de ver y criticar cine, que se hacen llamar expertos en cine o críticos de cine.

Un espectáculo lamentable, pretencioso, bochornoso, abrumadoramente estúpido. Y esta crítica proviene de un fan de Terry Gilliam o Kubrick, el cual, servidor, os incita a que veáis esta obra en el cine para que sepáis lo que NO es el cine.