Es una película potente cargada de emociones que no dejan indiferente, al igual que sus personajes y vivencias. Es como la vida misma, imprevisible e intensa, haciendo al espectador consciente de la importancia de vivir el aquí y ahora como única realidad existente. ¡La recomiendo como una de las películas más bellas con sus historias de amor que he visto en el celuloide, sin caer en cursilerías ni clichés!
¡Hay que verla sin prejuicios, con una mentalidad abierta y el alma receptiva para sacarle todo el jugo que tiene! ¡Es una de las películas con mayor carga emotiva y de amor que he visto, sin convertirse en algo facilón y llegando hasta lo más profundo de nuestro Ser!
Me involucré emocionalmente tanto con todos sus personajes que me es imposible explicarlo con palabras. Recomiendo verla ya que quizás más de una persona podamos sentirnos bastante identificados con uno o más personajes, tanto en el presente como en el pasado.