La segunda película como Director de Ben Affleck sigue la estela iniciada por “Adiós, pequeña, adiós”. Cine realista ubicado en su tierra de origen, Boston.

La premisa de la que parte no es nueva en las pantallas: Un ladrón cansado de su vida al margen de la ley encuentra la excusa para cambiar su vida en el amor de una mujer que, casualmente, es el rehén que cogen en su último atraco él y su banda. Nada nuevo bajo el sol. La lucha entre cambiar de vida y ser sincero con ella o la lealtad hacia sus compinches (amigos y compañeros de fechorías) realizando un último gran golpe como despedida.

Entre medias se mezclan venganzas, mentiras, planes arriesgados y precipitados o un agente del FBI que no sabe muy bien dónde dirigirse en el curso de su investigación,…etc.

En resumen: todos los tópicos del género.

La virtud de Ben Affleck es dar interés y viveza a la historia.

Los defectos: Uno repetido hasta la saciedad en las últimas producciones estrenadas en nuestras pantallas el cual es alargar innecesariamente la duración de las películas.

El otro, y con el que nada podemos hacer porque para eso él se lo come él se lo guisa, es que a Ben le queda muy grande el papel de protagonista. Jeremy Renner eclipsa al Sr. Affleck en todas las escenas que salen juntos.

Sigue siendo un aceptable Director y guionista pero no es el sucesor de Spencer Tracy en los papeles que bordaba el recordado actor.