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España España · Zaragoza
Voto de Juan Solo:
8
Intriga. Drama. Thriller. Romance Betty Elms (Naomi Watts), una joven aspirante a actriz, llega a Los Ángeles para convertirse en estrella de cine y se aloja en el apartamento de su tía. Allí conoce a la enigmática Rita (Laura Harring), una mujer que padece amnesia a causa de un accidente sufrido en Mulholland Drive. Las dos juntas deciden investigar quién es Rita y cómo llegó hasta allí. (FILMAFFINITY)
2 de mayo de 2023
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dispuesto a superar de una vez por todas mi complejo y mi frustración por no haberme coscado de absolutamente nada tras ver “Mulholland Drive” por vez primera hace veintipico años, me decido por fin a concederle una segunda oportunidad a la que según algunos es la mejor película de lo que llevamos de siglo XXI. No seré yo pues quien se ponga ahora de repente a defender a capa y espada a Mr. Lynch ni a pontificar las bondades de una cinta que por algo, digo yo, habrá permanecido tanto tiempo encerrada bajo llave en algún recóndito compartimento de mi cerebro. Sonaría ahora algo falso ¿no?

Lo cierto es que ahora veo “Mulholland Drive” con otros ojos. Más allá del torrente de imágenes impactantes o de la sugerente partitura de Baladamente que sí supe apreciar más o menos aquella primera vez. Es posible que durante todo este tiempo haya podido conectar más con el universo lyncheano, gracias a las revisiones de algunas de sus antiguas películas. A este respecto, “Mulholland” no difiere mucho de ese universo Lynch ya conocido en películas como por ejemplo “Terciopelo azul” e incluso retoma el “leit motif” de este último título al cargar contra el famoso sueño americano, representado esta vez en la historia de esa actriz que llega a Hollywood dispuesta a triunfar y a comerse el mundo. Falsa o no, ensoñación o no, esta matriz que desencadena el laberinto que es “Mulholland Drive” interpela directamente al espectador. A nosotros, y más concretamente a nuestros cerebros, ya que estamos, y a la capacidad que tienen de fabricar las trampas con las que nos protegen ante posibles desengaños o frustraciones.

Tampoco creo que sea necesario sobre explicar demasiado el argumento de películas como ésta. Suponiendo que tengan uno solo. En el cine de Lynch no hay verdades absolutas ni mucho menos racionales; sí hay a cambio verdades a medias, verdades paralelas e intrincados laberintos en los que hay que saber perderse.

Y no cabe duda de que “Mulholland Drive” es un laberinto y de los grandes (a diferencia de “Carretera perdida” que tenía más la estructura de óvalo y era un bucle perfecto). Quizá en estos casos sea mejor no encontrar la salida y quedarse a vivir en el laberinto, porque en el fondo películas como éstas no caben en sí mismas. En el cine de Lynch, uno también acaba inevitablemente preguntándose qué va antes, si el huevo o la gallina.
Juan Solo
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