Basada en la novela “Pierre y Jean” de Guy de Maupassant, estamos ante otra obra de nuestro Buñuel en su etapa mexicana. Quizás, de las que yo he visto hasta ahora, sea su película más simple, porque al contrario que otras obras de su filmografía donde se encontraban tramas escondidas (véase “Ensayo de un crimen” en este mismo blog), este filme muestra simplemente lo que hay. Sin ser una película mala o deficiente, sí sorprende por venir de quien viene su linealidad narrativa. Y es que el propio director aragonés la consideraba su peor película.

El argumento no tiene muchas vueltas. Una mujer infelizmente casada conoce a un hombre atractivo debido a una casualidad y se enamoran completamente. La pareja decide huir, junto con el hijo de esta, a Brasil pero un infarto repentino del esposo, acaba con la idea separando para siempre a la pareja de enamorados. Años después, se nos presenta esta familia ya con el marido recuperado y con un segundo hijo, pero cual es la sorpresa cuando el hijo menor del matrimonio recibe una herencia millonaria de parte del antiguo amor de su madre. Sólo el hijo mayor parece comprender la verdad…

Como veréis, el argumento es simple y su desarrollo también. Resulta entretenida y se ve con buenos ojos sus particularidades sentimentales proveniendo de la época que provienen pero uno tiene la sensación en su visionado de que no parece ser una obra de Buñuel ya que no se ven por ningún lado ninguna de sus características peculiares. Por otro lado, sí que es cierto que me ha recordado en muchos momentos a la obra de Eastwood “Los puentes de Madison” por ese sacrificio de la mujer por el bienestar de su familia en contra del amor de su vida. Sospechosas semejanzas….

Puntuación: 5’5 sobre 10.

Lo mejor: La personalidad del padre de familia.

Lo peor: Simple, muy simple.

La escena: El descubrimiento de la madre de su foto hecha pedazos.