Aquí podemos admirar a James Bond, contra un villano que adora el oro, pero más adora a su fortuna, por la cual pretende, hacer imposible la sustracción del oro de los Estados Unidos, y otro peculiar ayudante, que quedará para el recuerdo, como lo hizo ese enano de la película del Hombre de la pistola de oro. Aquí el ayudante de Goldfinger parece que se ha bañado en un caldero de oro, porque todos los golpes que le propinan son como caricias para él, y también a él, como a todos los metales, es un buen conductor de la corriente.

Otra cosa que también se tiene que mencionar, es como se organizan todos los militares para hacerse los muertos con ese gas ‘‘tóxico’’. Pero en fin, esta película es muy digna de ver, para disfrutarla, porque es muy buena, de las mejores de James Bond.