Mítico papel protagonista de John Cusack (después de aparecer como secundario en varias pelis de John Hugues) haciendo de joven tierno y con inquietudes, ya sean musicales, enamoradizas o hacia la práctica del kickboxing… 'Un gran amor' ( o mejor nos quedamos con su sugerente título original: 'Say anything') es el primer largo como director de Cameron Crowe, periodista prodigio que a los quince años ya hacía entrevistas para la Rolling Stone a rockeros de la época y que empezó a escribir de cine -suyo es el mítico libro cinéfilo 'Conversaciones con Billy Wilder'- y para el cine -guiones como el de la estupenda teen movie 'Aquel excitante curso' (Amy Heckerling, 1982). Seguramente sea lo mejor que Crowe ha hecho en cine, a pesar de sus reconocimientos recibidos por 'Jerry Maguire' o 'Casi famosos', años después.

De nuevo, la historia entre la dama y el vagabundo, entre el chico de clase media convencional y sin metas a cumplir más que pasar todo el rato posible junto a su amor platónico durante el verano, y la chica 10, la que logra una beca para estudiar en la mejor facultad del planeta, la que tiene más currículum a sus 17 años que la mayoria de personal de la Casa Blanca. La familia se inmiscuirá, aunque dicha institución es mostrada por Crowe (que escribió la historia en primer lugar como una pequeña novela y luego la guionizó) como una estructura disfuncional: el personaje interpretado por Cusack vive con su hermana mayor (la cual está separada y con un hijo) y lejos de sus padres, y el personaje de Ione Skye vive con su padre (en apariencia hombre intachable pero que a mitad de la película le asfixiará su lado oculto).

Todo ello hace de 'Un gran amor' algo más que un simple divertimento para adolescentes, aunque tenga también su momento memorable para toda una generación, que también se recuerda en Rumores y mentiras: John Cusack levantando el radiocassette doble pletina delante de casa de su amor mientras suena el 'In your eyes' de Peter Gabriel.

La película tiene un índice dramático mayor que el que suelen tener este tipo de producciones, además tiene más conciencia de retrato juvenil al pintar una generación nacida en un Seattle que ya empezaba a vivir los orígenes grunge (luego ilustrados por Crowe con su segundo largo, 'Solteros') en el papel de la destrozada emocionalmente Lili Taylor: una década antes que Isabel Coixet la reclutara junto a Andrew McCarthy (el pijo de 'La chica de rosa', otra comedia romántica para adolescentes hito de aquella época) para su largo 'Cosas que nunca te dije'. Igual la cineasta de Barcelona le surgió la vena melancólica y tiró de videoclub ochentero para realizar casting rosa.