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Voto de Migue Muñoz:
7
Documental Documental sobre Anvil, la banda más popular del heavy metal canadiense. Entre 2005 y 2006 Gervasi filmó algunos shows de la banda y también entrevistó a algunos amigos de Anvil. Cuando consideró que ya tenía suficiente material, estrenó el documental. Se estrenó en el festival Sundance y obtuvo una excelente acogida por parte de la crítica. (FILMAFFINITY)
31 de agosto de 2010
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ves a Lars Ulrich, Slash o Scott Ian y comentan que tenían a Anvil como a una de sus bandas favoritas en sus inicios, de la cual piensan que influyó en superbandas como Metallica, Guns‘n’Roses o Ántrax, y con la certeza de que creyeron que Anvil iba a poner el género del Heavy-Rock patas arriba, y a los pocos segundos ves la melena mezclada con calvicie de Steve “Lips” Kudlow (líder de Anvil) trabajando en su pueblo natal canadiense de repartidor de comida para centros escolares en pleno 2008 y piensas: esto es de broma. Una broma divertida, pero broma al fin y al cabo.

Aunque no. Todo en este documental es verdad y con una sinceridad fuera de lo común en el género. A lo largo de escasos ochenta minutos el espectador puede ir desvelando el porqué de su rotundo fracaso. Por qué no se vendieron esa millonada de discos, cuando todo apuntaba a que la banda canadiense se iba a comer el mundo y no iba a para de girar en esos treinta años que transcurren entre ese festival y la actualidad, donde lo único que ha sucedido es que los miembros de la banda tienen básicamente una vida igual de mediocre y convencional como cualquier ciudadano de clase media.

Esas ganas megalomaniacas, pero en el fondo humanas y sensibles con un sueño nunca abandonado, es lo que mantiene en pie un documental filmado desde el cariño por la miseria del ser humano. Sacha Gervasi, su realizador, en su juventud, fan y groupie de esta banda, trabaja una formalidad que carece de cualquier introspección más allá de ser un documento con aires independientes y domésticos (en Sundance, Anvil arrasó). Sin embargo, los logros se mantienen en el bando del fondo de la historia.La desgracia del sueño americano, la visión romántica que absorbe la visión de la realidad desde la búsqueda constante de un ideal de belleza vital, de felicidad personal y subjetiva en sumo grado. Una promesa entre dos amigos a los catorce años de edad, hace que más de media vida después siga bombeando un anhelo, una quimera y un espejismo que se topa una y otra vez con la objetividad de la existencia.

Disputas, autenticidad, lágrimas, gritos, impotencia ante el monstruo de la globalización y de las multinacionales. Este documental llano y amargo pero con una gran dosis de optimismo vital y autenticidad en los sentimientos parece toparse, por las frías calles del desconsuelo, con las ganas de un Kevin Smith con la idea de fusionar 'Some Kind of Monster' (Joe Berlinger y Bruce Sinofsky, 2004) con 'This Is Spinal Tap' (Rob Reiner, 1984) en plena era MySpace, donde aún parecen existir sueños musicales que a pesar de jugar con muñequeras de pinchos, cardados y headbanging están totalmente convencidos de que el destino les depara algo muy grande.
Migue Muñoz
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