1984 será recordado por muchos cinéfilos como el año en que el actor Arnold Schwarzenegger se consagró dentro del mundo del septimo arte con esta gran película de ciencia-ficción basada en una idea original de James Cameron que surgió cuando el estaba sufiéndo una pesadilla en Roma según tengo entendido y lo hizo con un presupuesto mínimo y con mucho talento tras su desatroso debut en su anterior película "PIRAÑA II: LOS VAMPIROS DEL MAR" (1981).

Cameron quiso con esta película realizar una historia en sus propias palabras que representara lo máximo en inteligencia artificial y robótica, dado que en un principio se decantó por actores de la talla de O.J. Simpson y Lance Henriksen para interpretar al Terminator, finalmente sería el propio Schwarzenegger quíen accedio a interpretar el papel para salir del encasillamiento del típico hombre musculoso que ya había interpretado en anteriores producciones cinematográficas en la década de los 70.

Francamente he de decir que el papel le encajó perfectamente como un anillo al dedo con su inexpresión y cara de bestia de rostro pétreo y feo que lo hizo a las mil maravillas durante el rodaje de la película, pero tanto en la ficción como en la vida real y cuando este abandonó el mundo del cine, nuestros estimado y a la vez odiado Schwarzenegger siguió representando su papel a la hora de firmar sentencias de muerte contra los presidiarios esta vez bajo el mote de Gobernator demostrando así su lado más inhumano sin una mínima pizca de piedad.

Destacar como no en pocas palabras que con ello pasará a la historia del cine, como el cyborg asesino que no sólo mataba a gente en la ficción, también por desgracia lo hizo en la vida real tras la mesa de un despacho.