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Thriller. Terror
Nueve años después de que una infección convirtiese a gran parte de la humanidad en criaturas salvajes y sin intelecto, Patrick, Jack y Lu, una niña de nueve años, sobreviven tranquilamente en Harmony, un lugar cubierto por nieves perennes. Sin embargo, algo terrible ocurrió entre Patrick y Jack, y un odio profundo pervive entre ellos. Cuando las criaturas vuelven a aparecer, ambos deberán dejar atrás el rencor para intentar proteger lo ... [+]
9 de agosto de 2015
2 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
A la primera peli de este tipo listo que es Vivas, "Reflejos", le cayeron palos por todos lados en gran parte por el tufo americano y lo mal actor que es Corraface, pero que a mí me gustó bastante, me inquietó y la veo de año en año. Los siguientes años, el trabajo del director se disipó y le perdí por completo la pista, hasta que me lo encontré, en persona, en Sitges, con su magnífica y tramposilla a partes iguales “Secuestrados”, allá por 2010, con guión propio y de Javier García, en la que la familia perfecta, padre ricachón, Fernando Cayo, madre amantísima, Ana Wagener e hija adolescente adorable, Manuela Vellés eran secuestrados en su propia casa recién estrenada por unos hijos de puta desalmados. La peli es brutal, tenía la extraña capacidad de sacarnos de quicio constantemente y pese a su afán sensacionalista arrasó en festivales obteniendo críticas apoteósicas y premios como el del Festival de cine Fantástico de Austin a la Mejor película de Terror del 2010.
Y hago un STOP, pero aquí viene uno de los misterios de la Humanidad más requetemisteriosos y que ni en Cuarto Milenio se han atrevido a desvelar... Al año siguiente, unos meses después de que disfrutáramos pasándolas muy putas con el secuestro y masacre de esa atípica familia española, llegó a las carteleras internacionales “Trespass”, (Bajo Amenaza), dirigida por el irregular (o cojonudo o terrible) Joel Schumacher, con guión de un tal Karl Gajdusek, EXTRAÑÍSIMAMENTE parecido al de la peli de Vivas, vamos, calcado, protagonizada por Nicolas Cage y Nicole Kidman, como papá y mamá ricachuelos y con Liana Liberato de hija adolescente en el papel de la Vellés. Las similitudes eran tan avergonzantes que en mitad de la peli la cosa cambia para no cantar tanto, pero vamos, que no hay que tener ni la EGB para darse cuenta de que el plagio (como dirían en Tele5 “presuntamente”, para evitar demandacas) era una evidencia absoluta. La peli fue no sólo un fracaso, sino una mierda como un Tajmajal, con nominaciones Razzies incluídas y los protagonistas pasando más vergüenza que miedo. El caso es que no entendí que ni Vivas, ni García ni la productora se querellasen contra la copia y siempre me pregunté si no sería que la próxima peli del director tendría un sorprendente respaldo americano de golpe, un presupuestazo tremendo así como quién no quiere la cosa y algún que otro favorcillo más... Pero como mis dotes adivinatorias son francamente nulas paso a criticar “Extinction”, la siguiente peli de Vivas.
Vale, la cosa es tal que así: adaptando (libremente, muy libremente) la regulera novela de Juan de Dios Garduño ,"Y pese a todo...”, surgida a rebujo de lo bien que vende el género zombie tras “Walking Dead” en España, la peli arranca cuando una infección transforma a gran parte de la humanidad en salvajes y voraces criaturas, o sea, infectados, o para lerders, zombies (ay, si Romero diera ya un buen puñetazo en la mesa explicando la diferencia). Estamos en un convoy militar de rescate donde conocemos a Patrick, Jack y Emma, y a su recién nacida hija Lu, cuando los seres asalvajaos atacan el camión y la cosa se va de madre.
FF para alante nueve años y tenemos a los dos hombres sobreviviendo a duras penas en una ciudad paradójicamente llamada Harmony, que cubre la nieve perenne de la glaciación que sobrevino a la Tercera Guerra Mundial (en la novela), como vecinos enfrentados que se odian y ni se dirigen la palabra, pues algo súper, súper espantoso ocurrió entre ellos generando ese rencor imperdonable.
De acuerdo, pues Patrick (Matthew Fox) y Jack (Jeffrey Donovan), mantienen una relación tan helada como el paisaje que se divisa desde sus vecinos hogares, separados por altas vallas y de los que sólo salen para buscar alimento, Patrick, en plan machote garrulo cazando lo que se le cruza y Jack en plan robalatas del Lidl con las que alimentar a su hija (la de Emma), Lu (Quinn McColgan), que es con diferencia lo mejor del reparto. El caso es que una buena mañana, mientras Patrick vuelve de caza, y cuando ya pensaban que los infectados habían muerto todos, es atacado por una criatura que es la pura evolución de los antaño infectados sin muchas luces, totalmente ciego, con la piel dura y albina, con garras y dientes afiladísimos y un instinto predador propio de Jurassic World. Al poco tiempo, Lu es atacada por otra de las criaturas y justo cuando se va a zampar a padre e hija, Patrick interviene, con lo que hacen las paces, quedan como coleguis y cenan al día siguiente en plan reconciliación.
Vivas, al que hay que reconocerle un buen pulso narrativo a ratos, no deja que nos durmamos con su melodrama costumbrista postapocalíptico introduciendo unos, tan hnecesarios como forzados, flashbacks, que van descascarillando el porqué del todo y añadiendo una necesaria tensión a la trama, que llega ya en plan arrebatada en su tercer acto, demasiado tarde y demasiado regulera.
(SIGO POR FALTA DE ESPACIO)... MÁS EN NIDODECUERVOS
Y hago un STOP, pero aquí viene uno de los misterios de la Humanidad más requetemisteriosos y que ni en Cuarto Milenio se han atrevido a desvelar... Al año siguiente, unos meses después de que disfrutáramos pasándolas muy putas con el secuestro y masacre de esa atípica familia española, llegó a las carteleras internacionales “Trespass”, (Bajo Amenaza), dirigida por el irregular (o cojonudo o terrible) Joel Schumacher, con guión de un tal Karl Gajdusek, EXTRAÑÍSIMAMENTE parecido al de la peli de Vivas, vamos, calcado, protagonizada por Nicolas Cage y Nicole Kidman, como papá y mamá ricachuelos y con Liana Liberato de hija adolescente en el papel de la Vellés. Las similitudes eran tan avergonzantes que en mitad de la peli la cosa cambia para no cantar tanto, pero vamos, que no hay que tener ni la EGB para darse cuenta de que el plagio (como dirían en Tele5 “presuntamente”, para evitar demandacas) era una evidencia absoluta. La peli fue no sólo un fracaso, sino una mierda como un Tajmajal, con nominaciones Razzies incluídas y los protagonistas pasando más vergüenza que miedo. El caso es que no entendí que ni Vivas, ni García ni la productora se querellasen contra la copia y siempre me pregunté si no sería que la próxima peli del director tendría un sorprendente respaldo americano de golpe, un presupuestazo tremendo así como quién no quiere la cosa y algún que otro favorcillo más... Pero como mis dotes adivinatorias son francamente nulas paso a criticar “Extinction”, la siguiente peli de Vivas.
Vale, la cosa es tal que así: adaptando (libremente, muy libremente) la regulera novela de Juan de Dios Garduño ,"Y pese a todo...”, surgida a rebujo de lo bien que vende el género zombie tras “Walking Dead” en España, la peli arranca cuando una infección transforma a gran parte de la humanidad en salvajes y voraces criaturas, o sea, infectados, o para lerders, zombies (ay, si Romero diera ya un buen puñetazo en la mesa explicando la diferencia). Estamos en un convoy militar de rescate donde conocemos a Patrick, Jack y Emma, y a su recién nacida hija Lu, cuando los seres asalvajaos atacan el camión y la cosa se va de madre.
FF para alante nueve años y tenemos a los dos hombres sobreviviendo a duras penas en una ciudad paradójicamente llamada Harmony, que cubre la nieve perenne de la glaciación que sobrevino a la Tercera Guerra Mundial (en la novela), como vecinos enfrentados que se odian y ni se dirigen la palabra, pues algo súper, súper espantoso ocurrió entre ellos generando ese rencor imperdonable.
De acuerdo, pues Patrick (Matthew Fox) y Jack (Jeffrey Donovan), mantienen una relación tan helada como el paisaje que se divisa desde sus vecinos hogares, separados por altas vallas y de los que sólo salen para buscar alimento, Patrick, en plan machote garrulo cazando lo que se le cruza y Jack en plan robalatas del Lidl con las que alimentar a su hija (la de Emma), Lu (Quinn McColgan), que es con diferencia lo mejor del reparto. El caso es que una buena mañana, mientras Patrick vuelve de caza, y cuando ya pensaban que los infectados habían muerto todos, es atacado por una criatura que es la pura evolución de los antaño infectados sin muchas luces, totalmente ciego, con la piel dura y albina, con garras y dientes afiladísimos y un instinto predador propio de Jurassic World. Al poco tiempo, Lu es atacada por otra de las criaturas y justo cuando se va a zampar a padre e hija, Patrick interviene, con lo que hacen las paces, quedan como coleguis y cenan al día siguiente en plan reconciliación.
Vivas, al que hay que reconocerle un buen pulso narrativo a ratos, no deja que nos durmamos con su melodrama costumbrista postapocalíptico introduciendo unos, tan hnecesarios como forzados, flashbacks, que van descascarillando el porqué del todo y añadiendo una necesaria tensión a la trama, que llega ya en plan arrebatada en su tercer acto, demasiado tarde y demasiado regulera.
(SIGO POR FALTA DE ESPACIO)... MÁS EN NIDODECUERVOS
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Y es que, a ver, si me quieren vender un drama de supervivencia silencioso y simbólico, pausado y sesudo, pues véndanmelo, que igual me encanta, y más teniendo en cuenta que tras la producción está Jaume Collet Serra, uno de los tipos más brillantes que ha dado este país. Pero si pretendes que pase miedo, tensión, angustia y horror, por mal camino empiezas con el cásting, porque empatía, lo que se dice empatía con el reparto, nula. Fox sobreactúa más que la niña del Vicksvaporub, Donovan pone cara de “me voy patas abajo” todo el metraje y Clara Lago, que aparece en el último acto de la peli con la única función de ser un útero fértil con el que repoblar la Tierra, pues eso, está muy mona, como siempre, pero a nivel actoral, deficiente se queda corto. Así que inevitablemente “Extinction” se convierte en una decepción a todas luces, se espere lo que se espere, pero fundamentalmente si uno quiere pasarlas canutas en una peli rollo zombies/infectados voraces y en horda, porque las escenas de acción son pocas, regulares y no lo suficientemente impactantes como para sostener una peli de 110 minutazos. Y ahora, expulsado el demonio de mi cuerpo, les diré que la cinta cuenta con una ambientación espectacular, una recreación de esa atmósfera apocalíptica opresiva fascinante, una fotografía magistral(obra de Josu Inchaustegui-"Open Graves"), como el montaje y la edición, e incluso unos efectos especiales que si bien se basan en el uso y abuso del CGI, no están nada, pero nada mal. El diseño de producción, de Juan Pedro De Gaspar y Miguel Riesco es simplemente de dejarnos con la boca abierta y volver a entrar a Filmaffinity para asegurarnos de que la coproducción es española.
El problema es que tras la peli está el mismo cabroncete que puso todos nuestros nervios de punta con cuatro duros y un puñado de buenos recursos en “Secuestrados”, y que envueltos en la peli, en producción y demás está lo más granado y prometedor de nuestro cine, relacionado con algunas de las pelis de Balagueró y Amenábar por ejemplo. Y claro, las comparaciones son odiosas, porque teniéndolo TODO para hacer un peliculón sacanervios, desquiciante y escalofriante, la cosa se pone rollo “Amar en tiempos revueltos e infectados” tratando de desentrañar un triángulo amoroso para nada inesperado y hasta llega a aburrir. Y eso, a día de hoy, es imperdonable.
Las criaturas, bien diseñadas, obra de Arturo Balceiro (El laberintto del Fauno, por ejemplo) harán las delicias de cualquier frikazo como yo de la ciencia ficción y pese a que incurren en ese terrible defecto que yo llamo el apaquetismo (en todas estas pelis las criaturas carecen de polla-¿se puede decir polla?-y son tipo el Ken de la Barbie, eunucos redondeados) son al menos notables... Cuando se notan!!!! Porque eso es lo que sucede con Extinction, que uno se pasa más de 70 minutos preguntándose por qué no salen los bichos, y cuando salen lo hacen como en un capi de La que se avecina, mal coreografiados y nos acaban sabiendo a poco, en un final happyending de Tarta de Fresa que acaba de golpe con la emoción y lejos de impactar da repelús y te la baja de golpe y porrazo literalmente.Y es que Vivas está tan empeñado en que su peli sea un melodrama zombie que cuando quiere recrearse en el mini gorefest que todos esperábamos, la inconsistencia de tono y carácter es tal, que no convence. Pasamos 90 minutos con las alarmas en vilo, forzadas, esperando lo inesperable tras el prometedor comienzo que lo mínimo que mereceríamos es un poquito de claridad visual, pero ni eso. Vivas lo resuelve con una antorcha en rojo y la coreografía de “La mar está muertíbiri”.
Lo mejor: La banda sonora, de Sergio Moure, IMPRESCINDIBLE. Los tonteos/homenajes cinéfilos, a E.T. y sobre todo a la lovecraftiana "En las montañas de la locura”, de Michele Botticelli
El problema es que tras la peli está el mismo cabroncete que puso todos nuestros nervios de punta con cuatro duros y un puñado de buenos recursos en “Secuestrados”, y que envueltos en la peli, en producción y demás está lo más granado y prometedor de nuestro cine, relacionado con algunas de las pelis de Balagueró y Amenábar por ejemplo. Y claro, las comparaciones son odiosas, porque teniéndolo TODO para hacer un peliculón sacanervios, desquiciante y escalofriante, la cosa se pone rollo “Amar en tiempos revueltos e infectados” tratando de desentrañar un triángulo amoroso para nada inesperado y hasta llega a aburrir. Y eso, a día de hoy, es imperdonable.
Las criaturas, bien diseñadas, obra de Arturo Balceiro (El laberintto del Fauno, por ejemplo) harán las delicias de cualquier frikazo como yo de la ciencia ficción y pese a que incurren en ese terrible defecto que yo llamo el apaquetismo (en todas estas pelis las criaturas carecen de polla-¿se puede decir polla?-y son tipo el Ken de la Barbie, eunucos redondeados) son al menos notables... Cuando se notan!!!! Porque eso es lo que sucede con Extinction, que uno se pasa más de 70 minutos preguntándose por qué no salen los bichos, y cuando salen lo hacen como en un capi de La que se avecina, mal coreografiados y nos acaban sabiendo a poco, en un final happyending de Tarta de Fresa que acaba de golpe con la emoción y lejos de impactar da repelús y te la baja de golpe y porrazo literalmente.Y es que Vivas está tan empeñado en que su peli sea un melodrama zombie que cuando quiere recrearse en el mini gorefest que todos esperábamos, la inconsistencia de tono y carácter es tal, que no convence. Pasamos 90 minutos con las alarmas en vilo, forzadas, esperando lo inesperable tras el prometedor comienzo que lo mínimo que mereceríamos es un poquito de claridad visual, pero ni eso. Vivas lo resuelve con una antorcha en rojo y la coreografía de “La mar está muertíbiri”.
Lo mejor: La banda sonora, de Sergio Moure, IMPRESCINDIBLE. Los tonteos/homenajes cinéfilos, a E.T. y sobre todo a la lovecraftiana "En las montañas de la locura”, de Michele Botticelli