El director de la reciente y alabadísima Turistas y la aún mejor Kill List nos ofrece su hasta ahora mejor obra, un trabajo extraño que mezcla el drama, la historia y el terror sin acabar de decantarse por ninguno en concreto.
Rodada con pocas libras, pero aprovechando y explotando los recursos posibles a tope, A Field in England es una de las pelis nacidas para ser carne de estudio y alabanza como cine de culto.
Las interpretaciones, reales y creíbles, son una gozada. Su apartado técnico y en especial sonoro, aún más, y aunque la historia no es la que un friki devoraterror desearía, no puede estar mejor contada, evitando el humor macabro de su cinta anterior, que a mí particularmente no me convenció en absoluto.
Brujería, Guerra Civil inglesa, tesoros ocultos y naturaleza humana en estado puro convierten la cinta en un "must", de obligada visión para casi todo amante del cine.
Un sorpresón como la copa de un pino.