Precuela de la saga iniciada en 2003 por Rob Schmidt, una peli estupenda, con la tensión y el nervio necesario para justificar secuelas, la primera, de Joe Lynch, bastante decente también. Luego llegó Declan O'Brien y las cosas cambiaron un poco, y en la precuela que nos ocupa ya se le va de las manos. Con más sexo que gore, igual de cutres ambos, nos cuenta los orígenes de tres dedos y sus hermanos chungos en un hospital para monstruitos que tomaron treinta años atrás y al que, cómo no, llegan una pandilla de americanos medios, es decir, subnormales, salidos, fumados y tomadores de decisiones que para qué os voy a contar... "separémonos...", "dejémosles vivir...", "vayamos colina abajo..."... PFFFF.
Aún así, entretenida lo es, y mucho, sobre todo para fans de la saga, que evidentemente nunca volvió y me temo que no volverá a ser lo mismo, una peli de terror innovadora, aterradora y con , Eliza Dushku de prota, lo mejor de todos los Km 666.
Lo mejor: Pues fíjense que al revés de lo que suele pasar en estas situaciones, el final.
Lo peor: El rollo lésbico puritano. Si quieres ir de moderno y escandalizar cuatro morreos con despelote pectoral no basta, amigo.