Película protagonizada y producida por el brillante Eli Roth en el lado diametralmente opuesto a nuestro "Lo imposible", o sea, sin alarde exagerado de efectos especiales, sin lágrima fácil ni final tranquilizador pero con mucha, mucha mala uva y entretenida a rabiar. Donde allí afloraban los buenos sentimientos de la gente, un poco exagerado, todo sea dicho, aquí sale la mala leche y como muy bien dice la frase promocional, "si hay algo más peligroso que la madre naturaleza es la naturaleza humana", la maldad de casi todos. Vibrante, vertiginosa, con mil defectos, pero enormes virtudes, Aftershock nos lleva a Valparaiso en Chile con una panda de pijos liderada por Pollo, hijo de papá dueño de medio país. En plena fiesta en garito megamoderno estalla un terremoto que precede, agárrense los machos, al terrible tsunami. Heridos, traumatizados y alguno desmembrado intentan huir de una turba enloquecida.
Frenética, divertida y muy bien resuelta.