El director de dos o tres de las mejores películas de la historia del séptimo arte se enfrenta en Tetro a una historia de rencillas familiares, encuentros y desencuentros sin gángsters ni mafiosos de por medio y elige, sorprendentemente, la forma más enrevesada, teatral y folletinesca que podía haber escogido, muy en clave "cine de autor" y que difícilmente dejará indiferente al espectador, por motivos, digamos, no del todo académicos ni loables.
Partamos de que la fotografía del film es en todo momento impecable, apabullante y soberbia, de hecho lo más resaltable de la cinta, y que el guión en su mayor parte, si bien es cierto que daba para mucho más, está bien construido.
Ahora bien, la mayoría de las interpretaciones rozan el patetismo y la sobreactuación, lo que sumado a lo extremo del argumento y los innecesarios gags que salpican gran parte del metraje, la ya elogiada fotografía y una partitura exquisita, propia de Iglesias, hace que no distingamos si estamos ante la última de Coppola o ante uno de los Almodóvares más sobrio y recatado. Y no sé bien si ésto es un elogio o todo lo contrario.
Fascinante en todo caso es el paso del blanco y negro del presente al color en el que Coppola ha decidido rodar el pasado, la ensoñación y el recuerdo.
Fascinante igualmente cada momento teatral, musical y escénico, desde esa terrible "Fausta" que por momentos recuerda a "la Agrado" de "Todo sobre mi madre" hasta, sobre todo, la recreación personal del ballet "Coppelia", que sirve como eje argumental a la sorpresa final.
Podía haber sido una de sus mejores obras, pero desde luego no es de las peores, y sigue siendo un film muy a tener en cuenta en esta estación de relax neuronal al que nos somete nuestra adorada cartelera.

Lo mejor: La fotografía, Buenos Aires desde lejos y el glaciar. Alden Ehrenreich, el mejor del reparto, un descubrimiento, híbrido entre el más guapo Brando y el mejor Di Caprio.

Lo peor: El resto del reparto, sobre todo mi idolatrada Carmen Maura y Leticia Brédice. El festival casero, un espanto.

Lo bueno es tán bueno que hace que lo malo sea menos malo...