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España España · asturias
Voto de javieritos:
10
Terror. Drama Sang-hyun, un caritativo sacerdote que suele visitar a los pacientes del pequeño hospital de su ciudad, vive atormentado por las dudas y la desesperación que le provoca un mundo dominado por el sufrimiento y la muerte. El deseo de salvar vidas lo lleva a África, para participar en un proyecto cuyo objetivo es encontrar una vacuna contra un virus letal. Allí contrae una enfermedad mortal de la que se recupera casi milagrosamente. La ... [+]
22 de diciembre de 2009
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como no podía ser de otra manera, termino de ver la última película de mi adorado cada vez más Park Chan Wook y siento como si estuviera dedicada en especial a mí mismo. Todo lo que hace, y cómo lo hace, me engorda el ego de espectador y siento que está creado para que lo vea, para que lo disfrute y lo sufra. Y eso es algo que sólo me pasa con el coreano, al que siempre que puedo reivindico como el mejor director del panorama actual, con una versatilidad creadora propia de un genio renacentista y agotadora hasta el extremo.
Thirst es algo así como un ejercicio de distanciamiento de su cine anterior y una muestra de la capacidad madura que ha adquirido con los años para hacer lo que le sale de los mismísimos sin importarle en absoluto crítica o público. Y cuando lo hace, en ese momento, es en el que deslumbra y refulge, en el que cautiva y emociona, y sí, embriaga y emborracha con esa profusión de barroquismos que le caracterizan.
La historia de un sacerdote que se entrega a la ciencia para experimentar una vacuna y sobrevive a la enfermedad que estudian gracias a una transfusión de sangre vampírica y que desata sus más bajos-o altos-instintos, personificados en la mujer de un imbécil absoluto sirve al coreano para mostrarnos las primeras escenas sexuales que rueda (un auténtico shock encontrarse a Song Kang-ho en pleno acto amatorio) y seguir profundizando en su mayor obsesión, la Justicia como concepto equilibrador del bien y del mal.
Es cierto que a ratos puede volverse un pelín monótona, pero el final, decenso de montaña rusa colosal, se encuentra entre lo mejor (y es difícil, porque todo lo hace bien) de la filmografía, maravillosa, real, magistral y absolutamente propia, de mi director favorito.
La banda sonora, como acostumbra, una maravilla. La fotografía y puesta en escena, de lo mejor del cine reciente, y las interpretaciones, enormes, a caballo entre el drama y la comedia, entre el terror y lo poético.
Un acierto en sí misma. Eso sí, no esperen la típica película de terror al uso con vampiros de colmillo afilado.
Ojo a la poesía de descalzarse para salir huyendo de la realidad que nos oprime. Culito se las quita cada noche...
javieritos
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