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España España · Valencia
Voto de Cineycine:
5
Terror. Ciencia ficción. Intriga Dos mineros descubren una extraña sustancia que emana de la tierra. La prueban y como tiene buen sabor deciden comercializarla. Su fama se extiende, y la toma mucha gente, pero esta sustancia afecta al cerebro convirtiendo en zombies a sus consumidores. (FILMAFFINITY)
16 de octubre de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La década de los ochenta fue muy prolífica en cintas de género slasher, películas emblemáticas como ‘Viernes 13’ o ‘Pesadilla en Elm Street‘ hacían las delicias del público adolescente. Con tanto asesino es lógico que alguien decidiera crear un villano distinto que intentara aportar un aspecto novedoso, algo que se apartara del habitual psicópata. Y la respuesta llegó en forma de postre, por extraño que parezca. Una extraña sustancia de color blanco y textura cremosa que brota del suelo y posee a todo aquel que la consume. Claro, lo primero que a uno se le pasa por la cabeza cuando empieza a ver la película es que hay que ser rematadamente tonto para echarse a la boca una cosa blanquecina y burbujeante que emerge de la tierra. Pero de eso va la película, de gente tonta y codiciosa.
A partir de lo expuesto, el argumento se vuelve extremadamente plano y monótono. La sustancia, de venta en todas las tiendas bajo el nombre de “The Stuff”, se convierte de la noche a la mañana en el producto estrella de los supermercados. Y claro, la industria alimenticia pronto comienza a inquietarse ante el tremendo éxito del producto mientras algunos personajes intentan averigurar su secreto...

Francamente considero de un mérito enorme sacarse de la chistera una frikada de historia como esta. Propio de los ochenta, donde los guionistas más freaks eran capaces de sorprender, aunque fuera para mal. Pero ¿Qué falla exactamente en esta película? Pues a mi juicio falla algo muy básico que cualquiera podrá ver. Por un lado no existe el terror por ningún lado, y por el otro la película es un conjunto de buenas ideas, algunas inspiradas en clásicos como ‘Los ladrones de cuerpos’, que en ningún momento llegan a buen puerto. Sí, es entretenida y un producto estrambótico de los ochenta, pero el intento de Larry Cohen de lograr una cinta de terror con una masa viscosa queda muy lejos de lo que lograría tres años después Chuck Russell con ‘El terror no tiene forma’.
Por su parte, los efectos especiales resultan cutrillos pero efectistas, la ración de escenas truculentas tan propias del cine de terror de serie B está servida.

En definitiva: Esta es una de esas raras películas que difícilmente se olvidan. Los críticos se cebaron con ella en su momento y no podemos culparles, pero tras este desastre hay una serie de elementos que pueden salvarla del hundimiento. Mi primera recomendación debería ser que nadie perdiera el tiempo, que hay cosas mucho mejores que ver, lo cual es rigurosamente cierto. Pero para aquellos espíritus nostálgicos curtidos en el cine de serie B creo que es una buena ocasión para degustar ese cine freak que desgraciadamente ya no se hace.

-Lo mejor: El tono satírico que se observa a lo largo de la trama, sutil pero marcado. Y sin duda estamos ante una de esas historias que a poca gente se le hubiera ocurrido.

-Lo peor: Un apartado interpretativo muy justito y una serie de elementos que no terminan de cuajar, muchas buenas ideas pero mal desarrolladas.

-Más en: www.cineycine.com
Cineycine
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