Con 'Venganza: Conexión Estambul' sucede lo mismo que con su antecesora, es decir, no estamos ante una película que destaque por su montaje o el apartado interpretativo, sino que la gracia reside en ver a su protagonista repartiendo estopa. Bryan Mills no ha sufrido cambios, sigue siendo un tipo que ve peligros en cualquier rincón y que tiende a sobreproteger a su hija. En este caso su conducta ya no nos parece exagerada, tras lo acontecido en la anterior película es lo que cabe esperar, pero eso es un punto negativo porque le resta cierta frescura a la cinta. Es decir, ya sabemos cómo es Bryan Mills y como actuará, y el hecho de que el personaje no haya sufrido la más mínima alteración resta algún que otro entero.

Los malos de la película, que en esta ocasión deciden liarla en Estambul, son los familiares de los facinerosos que Bryan jubiló en la anterior película. Los créditos de entrada, donde vemos cómo los ataúdes de estos pobres diablos son transportados a un pequeño pueblo de Albania, dan una idea muy clara de lo que se avecina. Amigos, hay gente muy rencorosa y vengativa en el mundo, y eso siempre da para una buena peli de acción, sobre todo si deciden enfrentarse al hombre equivocado...

El ritmo del film es incluso más trepidante que en el anterior, tengamos en cuenta que ya no es necesario presentarnos a la familia Mills. Dejando a un lado un primer tramo relativamente corto, pronto comienza el festival de tiros y muertes, pero se echa en falta alguna que otra escena de tortura donde Bryan se pueda exhibir. Por otro lado, debo decir que algunas escenas de lucha están mal rodadas, con cambios de plano frenéticos que ocultan unas coreografías mal montadas, es algo que me recordó a lo sucedido en ‘Los Mercenarios‘ y que le quita puntos.

En definitiva: Una vez más nos encontramos ante una película nada pretenciosa, promete acción y persecuciones, y creo que las expectativas quedan colmadas. Tiene fallos, puntos que restan enteros si la comparamos con su antecesora, pero en general es un título digno que nos hace pasar un buen rato.

-Lo mejor: Ver a Liam Neeson repartiendo estopa a diestro y siniestro.

-Lo peor: Falta frescura, la historia es un simple refrito de la anterior película.

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