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España España · Barcelona
Voto de SCuenca:
8
Drama Diciembre del año 2004. María (Naomi Watts), Henry (Ewan McGregor) y sus tres hijos pequeños vuelan desde Japón a Tailandia para pasar las vacaciones de Navidad en la playa. Una mañana, mientras se encuentran todos en la piscina del complejo a orillas del mar, un tremendo tsunami destroza el hotel y gran parte de la costa del sudeste asiático. Este desastre cambió para siempre la vida de millones de personas. Esta es sólo la historia de una familia. (FILMAFFINITY) [+]
11 de octubre de 2012
43 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
Presentada en Sitges (previo paso por los festivales de Toronto y San Sebastián) y teniendo a medio metro sentados a Juan Antonio Bayona y a Tom Holland, quienes tuvieron el detalle de aparecer en la primera sesión de las dos que se realizaron el siete de Octubre para presentar el film. Con unos minutos iniciales dedicados a presentarnos a todos los miembros de la familia y el rol que ejerce cada personaje, el film pasa a lo importante y al igual que a los protagonistas, pilla también al espectador por sorpresa al encontrarnos de repente cómo el agua empieza a devorar todo lo que encuentra a su paso sin tiempo de reacción.

El film de Bayona (“El orfanato“, 2007) no pretende quedarse en el simple hecho de narrar lo que le sucedió a una familia en Tailandia con el tsunami que azotó el sureste asiático en 2004, sino que va más allá, ofreciendo una visión bastante cruda de los hechos, desde el punto de vista de la familia que encabeza Ewan McGregor (“El escritor“, 2010) y Naomi Watts (“Mullholand Drive“, 2001). Si hay alguien que merece ser destacado del reparto es Tom Holland, quien da vida a Lucas, el hijo mayor de los tres que tiene la familia. Encarna el carácter de un adolescente cualquiera, siendo en principio algo repelente e independiente. Pero su vida cambiará a raíz del tsunami, siendo las circunstancias las que harán -a marchas forzadas- que Lucas adquiera de un golpe la madurez necesaria para poder sobrevivir y ayudar a su madre ante una situación para la cual nunca ha estado preparado.

Notable interpretación de Holland que logra dejar casi en un segundo plano a Ewan McGregor. Naomi Watts da vida a Maria, la madre de la familia, siendo la clara personificación del dolor. Un dolor que traspasa la pantalla llegando a percibirse al ver a Watts al límite, como si cada segundo que está en pantalla fuera su último suspiro. Son impactantes los momentos posteriores al tsunami. Ver cómo ha arrasado con todo y el estado en el que han quedado las cosas, incluido las personas, las cuales tras ser tragadas por la gigantesca ola se encuentran con su cuerpo magullado, fracturado… Bayona no escatima en que el espectador vea todo lo que sucede mientras el tsunami va engullendo todo a su paso, creando una especie de tornado marino en el que la naturaleza tiene el poder y no hay mano humana capaz de pararla.

Otras de las virtudes que posee el film es su capacidad para concienciar al espectador. De que hay personas que no han sido encontradas. Personas que han muerto y otras que han desaparecido. Que es imposible olvidar lo sucedido y lo importante que es sobrevivir para no defraudar a uno mismo y a los demás. Nos hace reflexionar sobre el egoísmo (la importancia que tiene un teléfono móvil en una situación así) o la generosidad que puede existir en un momento extremo. Instantes en los que no hay clases sociales ni prioridad alguna a la hora de estar en una situación como la que se padeció en Tailandia en el 2004.

Por último, mencionar que el film quizás peca un poco de exceso melodramático, pero solo un poco. Quizás Bayona se excede en pintarnos este drama familiar como si de un apocalipsis se tratara. En parte no es un inconveniente, pero como digo, en exceso se hace pesado.
SCuenca
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