Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de SCuenca:
9
Drama Drama sobre la Iglesia de la Cienciología. Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoffman), un intelectual brillante y de fuertes convicciones, crea una organización religiosa que empieza a hacerse popular en Estados Unidos hacia 1952. Freddie Quell (Joaquin Phoenix), un joven vagabundo, se convierte en su mano derecha. Sin embargo, cuando la secta triunfa y consigue atraer a numerosos y fervientes seguidores, a Freddie le surgirán dudas. (FILMAFFINITY) [+]
15 de enero de 2013
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siguiendo una línea parecida a “There Will Be Blood” (2007), Paul Thomas Anderson desmenuza de manera magistral al ser humano en “The Master”. En está ocasión, lo pone a prueba, cuestiona su fe y lo lleva al límite. Para ello, no elige a cualquiera, escoge a Freddie Quell (Joaquin Phoenix), un veterano de la Segunda Guerra Mundial con un trastorno de estrés post-traumático.

Son años de bonanza económica, de progreso, de cambio y en los que hay una importante revolución cultural. Pero no para Freddie Quell, quien no encaja en una sociedad como la de los años 50 en los Estados Unidos, que no lo admite por ser como es, marginándolo, desentendiéndose de él y siendo éste desarraigado de la misma. El salto cuantitativo que viven los Estados Unidos también sirve para dar comienzo a la existencia de sectas religiosas como “La Causa” liderada por Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoffman). El azar (factor con el que Paul Thomas Anderson juega muy bien) hará que Freddie Quell y Lancaster Dodd se conozcan. El primero desea permanecer en un grupo que lo entienda y que lo acepte tal y como es y que al mismo tiempo pueda sentirse realizado. El segundo, encuentra a una persona altamente influenciable a la cual puede posicionar su poder de convocatoria y con ello, conseguir a un seguidor más.

Maravillosas y dignas de cualquier reconocimiento son las actuaciones de Joaquin Phoenix (“En la cuerda floja“, 2005) y Philip Seymour Hoffman (“Los idus de marzo“, 2011). Phoenix da vida a Freddie Quell, un hombre sin futuro, desarraigado y “herido” por las consecuencias de II Guerra Mundial, con problemas con el alcohol y brotes psicóticos. Es espectacular la transformación física a la que se ha sometido el actor si lo comparamos con su último film/documental “I’m Still Here” (2010), en el que se le veía con varios kilos de más. La capacidad para meterse tanto en la piel de Freddie Quell hace pensar a uno si realmente Joaquin Phoenix tiene un don innato o si el actor se deja llevar por la locura. Sea lo que sea, debo reconocer que no veía a un actor tan implicado en su papel desde Heath Ledger y su Joker en “El caballero oscuro” (2008). Philip Seymour Hoffman encarna a Lancaster Dodd, líder de “La Causa”, una persona que se rige por una escala de valores propios, en los que considera que cualquier idea que surja de su cabeza es pura, positiva, creíble y aceptada. Rechaza cualquier razonamiento externo, negando cualquier crítica y arremete contra los que estén en su contra.

El personaje que interpreta Seymour Hoffman me da miedo. Nunca sabes por dónde te va a salir ni cómo va a reaccionar. Es un hombre que puede estar tranquilo y de repente intimidarte de una forma inesperada. Impacta la capacidad que tiene su personaje para inventarse historias o argumentos sin lógica ni sentido con los que logra engatusar a las personas. El don de Dodd, es esa capacidad de convicción que logra tener, por lo que por mucho que diga algo sumamente ridículo, logra enmascararlo, transformándolo en un discurso serio pero que en el fondo sigue siendo sin sentido. No hay que menospreciar ni mucho menos el papel de Amy Adams (“Golpe de efecto“, 2012) quien da vida a Peggy Dodd, mujer de Lancaster Dodd. Su personaje es clave para comprender al líder de “La Causa”, ya que en la intimidad es ella quien lleva las riendas y quien domina a Dodd recurriendo al sexo o a argumentos contra los que nada tiene que hacer el propio Lancaster. En resumidas palabras, es quien maneja el “cotarro”.

Coincido ampliamente con Ben Affleck cuando dijo en los Critics Choise Awards de 2013 que dichos premios son los que cuentan y no los de los Oscars. Y visto lo visto, no le sobran los motivos. Más cuando observas que entre los nominados a mejor banda sonora no está Jonny Greenwood. El integrante de la banda de rock Radiohead, colabora por segunda vez con el director californiano realizando una banda sonora que es una auténtica belleza. Algunos acordes me han recordado mucho a los que escuché en el documental “First Orbit” (2011), en los que noté esa sensación de ingravidez y libertad. La BSO sigue una línea muy semejante a los temas que realizó en “There Will Be Blood” (2007), siendo temas con ritmos cambiantes, discontinuos e impredecibles. Paul Thomas Anderson da importancia a la música y quiere que forme parte de la historia, que cuando salgamos del cine nos acordemos de esa música extraña que veíamos junto a esas imágenes mudas que íbamos viendo a la par. Sin lugar a dudas, el trabajo de Greenwood es muy bueno y no debe ser menospreciado. Altamente recomendable escuchar todos los temas una vez visto el film.

Paul Thomas Anderson opta de nuevo por utilizar el montaje como elemento narrativo, dejando al espectador que se deje llevar por las imágenes que va viendo y observe el entorno en el que está el personaje, contemplando lo que va haciendo, siendo en la mayoría de escenas la música, el único soporte descriptivo aparte del visual.

A mi parecer, Anderson remarca y mucho el papel de la fe, haciendo hincapié en que en una época como los años 50, una etapa de posguerra, hubo muchas personas que se aprovecharon de las que no encontraban su fe. Personas como Dodd o instituciones como la Iglesia, logran que sus enseñanzas y doctrinas conquisten a los más necesitados. Y si para ello hay que someterlos a duras pruebas, se hará, tal y como hace Lancaster Dodd, desproveyendo a Freddie Quell de su condición humana prometiéndole cosas. La cuestión es, ¿Somos capaces de renunciar incluso a nuestra evolución humana? ¿Al deseo carnal y vicios terrenales que padece el protagonista? ¿Qué ocurre cuando se desmorona esa idea que tanto tenías de perfección sobre alguien? ¿Volvemos a los orígenes?
SCuenca
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow