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España España · Poniente de Mallorca
Voto de psmelbr:
6
Drama Cecil Gaines (Forest Whitaker) fue mayordomo jefe de la Casa Blanca durante el mandato de ocho presidentes (1952-1986), lo que le permitió ser testigo directo de la historia política y racial de los Estados Unidos. (FILMAFFINITY)
11 de febrero de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película comienza acorde a la realidad de su época y transcurre amena hasta la hora y poco más. A partir de entonces, se echa en falta el dinamismo inicial y, al menos a mi, me costó llegar a los 132 minutos sin bostezar. Las comparaciones son odiosas, no sirven de mucho en temas de cine, pero siempre se recurre a ellas como un bálsamo milagroso para enmendar en las mediocres lo que en otras películas sí nos dejó huella. Y es que "El Mayordomo" no se afinca en un espacio de nuestra memoria y pronto la olvidaremos.
A mi entender, no es mala película, pero no es tan buena como se pretende. Forrest Whitaker, y el aval de sus tablas con experiencia cinematográfica crean el verdadero espectáculo, la motivación necesaria para culminar los 132 minutos. Oprah Winfrey, aunque cumple con su papel, desprende poca intensidad. Evidentemente, por aquella época la mayoría de las mujeres afroamericanas estaban relegadas a la función de madres y amas de casa sin grandes preocupaciones, salvo que un hijo revolucionario estuviera más tiempo en la cárcel que libre. Su papel se pierde en las excusas del alcohol, el flirteo, la inconstancia o un excesivo sentimentalismo. El resto del elenco de actores rinde bien, incluso los presidentes ficticios se aproximan bastante. Sin embargo, el ambiente light de la historia, las omisiones de algunos acontecimientos históricos clave quitan el valor y el realismo necesarios para una buena historia que, al final, se queda en algo poco más que intimista, una visión romántica de la historia de un Mayordomo muy bien amaestrado.
De haberse impuesto un guión más crudo, más intenso, veraz, comprometido, El Mayordomo habría sido una brillante oportunidad para alimentar y mostrar un cúmulo de fascinantes decisiones ocultas, conversaciones secretas que hoy ya conocemos y que en su momento fueron difíciles, de gran relevancia histórica. Sin embargo, nuestro Mayordomo light, demasiado descremado, pasa de soslayo, no oye, no ve, no habla, no cuenta nada que no sea su triste historia y la lejanía de sus hermanos de color manifestándose en las calles de igual manera light, sin escenas contundentes como las protestas contra la guerra del Vietnam o los otros grandes personajes históricos de las luchas raciales aquí ausentes. Así pues, el final de la película, que se alarga inútil y rimbombante, es un plan de elogios ya fuera de lugar en pro de las conquistas raciales con llegada de Obama al poder.

Puntuación: 6,1 Saludos.
psmelbr
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