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Voto de VíctorVirgos:
4
Terror. Thriller Cuando una mujer se queda embarazada por primera vez, tanto ella como su marido reciben la noticia con gran entusiasmo. Pero, tras el nacimiento del bebé, la obsesión de la madre por el cuidado de su hijo es tal que la lleva a confundir realidad y fantasía. La sensación de vivir sola y alejada de la gran ciudad, agrava su angustia, por lo que su marido decide contratar a una niñera que la ayude. (FILMAFFINITY)
27 de junio de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comienza esta olvidable película con una cabecera bastante espectral, donde vemos a dos bailarinas "nupciales" sobre un escenario en penumbras, danzando al ritmo de una balada nana a medio camino entre preciosa y fantasmagórica. Elizabeth Shue encarna a una madre cañón embarazada que tiene un temor patológico a los ratones. Vive en una casa ideal de colorines, y todo parece discurrir por el sano camino de la felicidad conyugal. Pronto somos testigos de cómo los nervios de Laura (Elizabeth Shue) la mantienen en un estado permanente de espanto.

La muerte de su pequeño y zascandil perrito blanco la llevan a un disgusto colosal y entonces parece que la película arrancará finalmente, que algo está a punto de acaecer. Esta madre embarazada está cada vez más angustiada, atribulada, incapaz de ser feliz. Entra en escena una especie de niñera con aspecto de "vampiresa" inmortal de las películas de la época de Peter Lorre. No hay más que verla para colegir que no es trigo limpio.

Al marido de Laura apenas se le ve el pelo. La película definitivamente es lenta, casposa, por mucho que Laura borde su interpretación de chiflada trastornada y que su maternidad sea más un calvario que una bendición. Tiene su gracia el momento en que Elizabeth Shue se nos muestra toda sexy, con su precioso conjunto de cama blanco enfundando un cuchillo de los que se usan para trinchar el cordero.

Acompaña todo el tiempo una musiquilla de lo más inquietante, y escenas como la de la muñeca fondona y calva que aparece todo el tiempo fuera de casa. En algún momento, la cinta de Isaac Webb parece querer dirigirnos hacia los páramos esotéricos de la magia negra, pero ahí queda todo, atorado. Ya no hay duda de que la madre obsesionada tiene algo averiado en la sesera y sus pesadillas y visiones son de órdago. Magnífica interpretación, eso sí, hasta el momentazo final con una siniestra revelación, que por otro lado, tampoco es especialmente sorprendente...
VÍCTOR VIRGÓS. ESCRITOR
WWW.EL-HOTEL-DE-LAS-ALMAS-PERDIDAS.BLOGSPOT.COM
VíctorVirgos
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