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Voto de Demetrio Rudin:
7
Ciencia ficción. Terror La doctora Diane Fairfax notifica al doctor James Xavier, un científico de prestigio internacional, que la fundación que ha estado financiando sus investigaciones sobre la vista no seguirá apoyándole debido a la falta de resultados. Esta desalentadora noticia hace que Xavier decida probar en sí mismo un peligroso suero que proporciona visión de rayos X. (FILMAFFINITY)
14 de mayo de 2006
11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un oftalmólogo no cesa de investigar, descubriendo cada vez mayores posibilidades en el ojo humano. En su ininterrumpido estudio, halla una fórmula que, aplicada al ojo, permite percibir las ondas de luz que habitualmente la retina no capta. De esta forma puede leer un libro cerrado, diagnosticar una enfermedad sin auscultar al paciente y ver a través de las ropas con que se cubren las personas. En definitiva, ha logrado que los objetos opacos sean translúcidos.

El hombre con rayos x en los ojos es uno de los films más interesantes dentro de la amplia filmografía de Roger Corman. La película rodada en 1963 a todo color, nos acerca una historia interesante y entretenida de como las ambiciones humanas en el campo de la ciencia pueden acarrear en ocasiones resultados trágicos, en este sentido, la cinta se asemeja a numerosas obras, caso de la mosca (1958) o de tarántula (1955), por ejemplo. El ritmo narrativo de la trama es alto; el relato de apenas una hora y veinte de duración, se disgrega en dos partes muy bien diferenciadas: mientras que en la primera parte, la cinta se centra en mostrar los experimentos del doctor James, acercándonos así a su personalidad de hombre tranquilo pero ambicioso, en el segundo periplo el film pretende desarrollar más la acción, es decir, explota la huida de James como un factor que aporte mayor agilidad a la historia; como si de un descenso a los infiernos se tratase, el doctor cae rendido fruto de la droga necesaria para mantener vivos los increíbles poderes de su vista.

La puesta en escena, no hace alarde de grandes decorados, gran parte de la película transcurre en interiores luminosos, únicamente los minutos finales están ambientados en el desierto norteamericano; esta contraposición ambiental consigue crear una atmósfera de inseguridad y tensión, clave para que el desenlace funcione. Los movimientos de cámara de poca amplitud, se ven suplidos gracias al excelente uso de planos en primera persona, que logran introducir de lleno al espectador en la tortura vivida por el protagonista. Destacan sobre todo las secuencias filmadas en el apartamento de Diane y en el casino de las Vegas al final de la historia. Dentro del reparto, brilla especialmente Ray Milland, participe en otros largometrajes de importancia, caso de “Crimen perfecto” o “Días sin huella”. La banda sonora combina acertadas partituras tonales que refuerzan la sensación de misterio y fatalidad en los instantes más importantes del filme.

Notable largometraje de serie B, que gustará a todo buen seguidor del cine fantástico de finales de los cincuenta y comienzos de los sesenta.
Demetrio Rudin
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