La serie sigue los pasos de una bella ex abogada devenida en inspectora de policía, de muy mal genio, ermitaña, con dos matrimonios fallidos a sus espaldas, libre de ataduras sentimentales y compromisos, y en la búsqueda continua de su lugar en el mundo, que toda su vida laboral, en la policía, retozó aislada en el sector del archivo policial.

Un buen día, por falta de personal, su jefe la envía a cubrir un caso, al que le acopla un compañero de investigación que no sería del target de Petra Delicato, y acá comienza lo mejor, la vinculación entre una bella, sarcástica e insoportable mujer y una bestia amorosa, chapado a la antigua.

Petra Delicato y Antonio Monte irán siguiendo un caso tras otro e irán consolidando un vínculo que parecía imposible, y esto es lo que tiene el Cine Italiano, una gran capacidad para mostrar la humanidad de las personas, con destellos de ironía.

Esta miniserie es bellísima, las historias destilan buen gusto, sensibilidad ternura y dureza a la vez. A tal punto que las investigaciones quedan en un segundo plano.

Tremenda calidad tienen los italianos para describir y representar situaciones, sin dejar nunca de lado los toques de humor.

Las tomas panorámicas de Génova y las locaciones utilizadas son maravillosas.

Son cuatro historias (casos / investigaciones) de una hora y veinte minutos de duración cada una, extraídas de las exitosísimas novelas policíacas de la escritora española Alicia Giménez-Bartlett.

Si estás buscando un verdadero policial de investigación, no pierdas el tiempo acá... Petra es un policial al servicio del arte. Un audiovisual que sólo sabrán valorar los cinéfilos.