Gran película de Clint Eastwood, una de las mejores de su carrera. Me ha recordado a El Sargento de Hierro, vuelve ese perro rabioso, cascarrabias y mal hablado que tanto me gusta. Los diálogos son fantásticos y llenos de humor negro, aquí Eastwood no se corta ni un pelo, a no ser que sea en la barbería de su barrio. Eastwood da vida a Walter Kowalski, un inquebrantable veterano de la guerra Coreana. Se pasa el día bebiendo cerveza y escupiendo comentarios racistas en su reluciente porche, situado en un barrio dominado por bandas. Rencoroso por todo lo que observa, Walt simplemente espera que llegue el final. Sin embargo, un día conoce a sus nuevos vecinos Hmong a los que ayudará y defenderá de todo el mal que les rodea, y eso le cambiará la vida y su forma de ver las cosas. La película es seca, madura, graciosa, directa y muy entretenida, no tiene desperdicio. Muy buena.