Corrosiva y crítica obra maestra del señor Martín Scorsese, la mejor de toda su carrera junto con Goodfellas, la película muestra la más mísera inmundicia de la sociedad urbana, la de los animales de la jungla de asfalto, a través de un turbio y asqueado desconocido llamado Travis Bickle, un veterano de la guerra de Vietnam con problemas de insomnio y torpe respecto a las relaciones con los demás seres humanos que pueblan su particular cloaca mental, decide ser taxista a jornada completa en la ciudad de Nueva York, y así consumir sus días como si de eternos cigarrillos se tratase, este ser antisocial no ve salida ninguna a tanta basura, hasta que un rayo de sol llamado Betsy se cruza ante sus ojos, realmente es su último intento de volver a una sociedad que le provoca repugnancia, tras los fallidos, torpes y desastrosos intentos de Travis de conquistar el cariño de Betsy (y por lo tanto del mundo en general) éste intentará destruirlo, terminar con todo, sin darse cuenta acabará convertido en una especie de antihéroe al intentar salvar a una jovencísima prostituta de su chulo y de todo ese mundo, en un ejercicio de ultra violencia, dado que ya ha reventado por completo, y no tiene absolutamente nada que perder.
Scorsese nos regala una anatomía urbana sombría y durísima a través del malestar de una mente profundamente atormentada, siendo una película claustrofóbica y deprimente hasta límites insospechables, brillantemente dirigida y con una interpretación de libro (otra más) de Robert De Niro, mi actor favorito, con secundarios de lujo como Harvey Keitel (otro de mis actores favoritos), Peter Boyle o una jovencísima y muy guapa Jodie Foster.
Obra maestra del séptimo arte, un película irrepetible, cima del combo infalible Scorsese/De Niro.