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Voto de Kinari:
1
5,2
12.108
Ciencia ficción. Acción
Sarah Connor (Linda Hamilton) y Grace (Mackenzie Davis), una híbrido de cyborg y humano, deberán proteger a una joven del Rev-9, un nuevo Terminator que viene del futuro. (FILMAFFINITY)
11 de noviembre de 2019
48 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vivimos una mala época en cuanto a creatividad cinematográfica. Vivimos sumidos en un agujero negro en lo que se refiere a la originalidad. La moda de redefinir o reinventar los mitos del pasado vive ahora un infame esplendor que, al contrario de lo que los productores pretenden, no terminan de cuajar y acaban siendo un fracaso de taquilla.
La saga Terminator es uno de los esos mitos que no ha podido escapar a la aborrecible moda de los reboot. En Star Wars mandaron al limbo del olvido al Imperio de Darth Vader y se sacaron de la maga a La Primera Orden de Kylo Ren; en Mad Max cambiaron por completo el trágico pasado del guerrero de la carretera y sus pesadillas nada tienen que ver con lo que los más viejos del lugar recordamos en sus terribles vivencias… Pero si hay una saga a la que los reboot han desgraciado por completo, esa es sin duda la saga de Terminator.
La legendaria historia iniciada en las míticas The Terminator (1984) y T-2 (1991), que enamoró a toda una generación de niños y adolescentes y que encumbró las carreras de James Cameron y Schwarzenegger, ha sufrido una degradación continua conforme iban estrenando más secuelas con el único objetivo de hacer caja. Si con Terminator Genesys (2015) remataron el despropósito iniciado en Rise of the Machines (2003), con Dark Fate han conseguido enterrar definitivamente la saga en la más absoluta miseria, en un vergonzoso ridículo de daño irreparable.
Todo en la película es infumable. Todo, incluso los efectos especiales. Personajes, acción, argumento, puesta en escena… pero sobre todo el guión. Unos “exquisitos” diálogos que bien podían haber sido perpetrados por el niño friki de una clase cualquiera de 1º de la ESO… La historia que se cuenta en Terminator acabó en 1991 (1997 en la película); Skynet no pasó de ser el sueño de un ingeniero que, entre confundido, asustado, conmocionado y en pleno shock post traumático, murió en una aciaga e inesperada noche en la que su trabajo de muchos años y su propia vida se perdieron entre los pedazos que volaron al cielo de Los Ángeles tras la explosión que destruyó los laboratorios Cyberdine Systems. Seguidamente, los dos únicos Terminators que quedaban activos fueron destruidos cada uno en sus propias circunstancias. Y punto. Los humanos ganaron la guerra contra las máquinas en el presente. Fin de la historia.
Pero no… Había que exprimir la vaca hasta dejarla seca. Había que engañar a los fans con la promesa de un reinicio de la saga, con el regreso de la verdadera Sarah Connor como reclamo. Pues bien, lo que han conseguido es cargarse la vaca pero para siempre porque esto ya no hay quien lo arregle. Qué triste final...
Vamos a las perlas que nos deja esta nueva joya, la peor de la malograda saga sin lugar a dudas y mira que era difícil superar en inmundicia a la anterior:
La saga Terminator es uno de los esos mitos que no ha podido escapar a la aborrecible moda de los reboot. En Star Wars mandaron al limbo del olvido al Imperio de Darth Vader y se sacaron de la maga a La Primera Orden de Kylo Ren; en Mad Max cambiaron por completo el trágico pasado del guerrero de la carretera y sus pesadillas nada tienen que ver con lo que los más viejos del lugar recordamos en sus terribles vivencias… Pero si hay una saga a la que los reboot han desgraciado por completo, esa es sin duda la saga de Terminator.
La legendaria historia iniciada en las míticas The Terminator (1984) y T-2 (1991), que enamoró a toda una generación de niños y adolescentes y que encumbró las carreras de James Cameron y Schwarzenegger, ha sufrido una degradación continua conforme iban estrenando más secuelas con el único objetivo de hacer caja. Si con Terminator Genesys (2015) remataron el despropósito iniciado en Rise of the Machines (2003), con Dark Fate han conseguido enterrar definitivamente la saga en la más absoluta miseria, en un vergonzoso ridículo de daño irreparable.
Todo en la película es infumable. Todo, incluso los efectos especiales. Personajes, acción, argumento, puesta en escena… pero sobre todo el guión. Unos “exquisitos” diálogos que bien podían haber sido perpetrados por el niño friki de una clase cualquiera de 1º de la ESO… La historia que se cuenta en Terminator acabó en 1991 (1997 en la película); Skynet no pasó de ser el sueño de un ingeniero que, entre confundido, asustado, conmocionado y en pleno shock post traumático, murió en una aciaga e inesperada noche en la que su trabajo de muchos años y su propia vida se perdieron entre los pedazos que volaron al cielo de Los Ángeles tras la explosión que destruyó los laboratorios Cyberdine Systems. Seguidamente, los dos únicos Terminators que quedaban activos fueron destruidos cada uno en sus propias circunstancias. Y punto. Los humanos ganaron la guerra contra las máquinas en el presente. Fin de la historia.
Pero no… Había que exprimir la vaca hasta dejarla seca. Había que engañar a los fans con la promesa de un reinicio de la saga, con el regreso de la verdadera Sarah Connor como reclamo. Pues bien, lo que han conseguido es cargarse la vaca pero para siempre porque esto ya no hay quien lo arregle. Qué triste final...
Vamos a las perlas que nos deja esta nueva joya, la peor de la malograda saga sin lugar a dudas y mira que era difícil superar en inmundicia a la anterior:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
- El verdadero destino de John Connor no era salvar el mundo, sino morir tiroteado por un Terminator con camiseta playera durante unas vacaciones mientras ligoteaba en la barra de un chiringuito. Muy triste tener que rejuvenecer a Arnold con CGI por enésima vez, debe ser que en Hollywood ya no hacen castings para actores cachas, quizá los que hay son muy malos. Con lo bien que hubieras hecho quedándote en tu casa, Governator... Tu vuelta al cine es un despropósito tras otro.
- Da igual que ruedes 100 secuelas, los Terminator siempre van a volver. Esto es como en Matrix, el futuro ya está programado de antemano, y si consigues cambiarlo, se regenera actualizado. Como Skynet ya no existe, nos inventamos Legión. Es lo mismo pero con un nombre latino, que ahora eso mola. Pero hombre Donald Trump, ¿cómo se te ocurre perseguir ilegales en la frontera? ¿No ves que estás obstruyendo la salvación de la humanidad persiguiendo a la mejicana equivocada?
- ¿En serio que la humana semimáquina es lo mejor de la película? Una superwoman del futuro, con el suero del supersoldado como el Capitán América como su fuente de poder; físicamente impresiona pero es más amarga que el pastel de vívora y parece tener un problema personal con Sarah Connor sin saber a santo de qué… Que va a "hostiarla" le dice en un adorable español castizo...
- El Rev-9… en fin… hemos asistido a una versión cómica del T-1000, que se mimetiza con petróleo en vez de metal líquido. Además lleva un nuevo accesorio para deleite del nerd más friki: su exoesqueleto puede salir teledirigido de su cuerpo. Diego Boneta, no es que cause temor, es que causa la risa floja.
- Arnold repite el papel de Abuelo-Terminator de Genesys. Siempre habíamos creído que el cyborg T-800 salía de la cadena de montaje con la forma física de un hombre de unos 35-40 años y que duraba unos 150 años si no lo destruían antes… Ahora con la digievolución que nos brindan los reboot, se hacen abuelos y disfrutan de un retiro dorado en el presente donde pueden casarse con guapas muchachas latinas sin que éstas le pregunten que por qué nunca quiere echar un polvete… Pobre Alicia Borrachero, quién le iba a decir a ella que un día se casaría con Terminator pero que su matrimonio iba a ser más casto que la vida de Santa Teresa... El abuelo T-800 de Dark Fate vende cortinas, y se ha pasado casi toda su vida útil ayudando anónimamente a Sarah Connor a localizar Terminators que eran enviados al presente sin ningún propósito en concreto... Todo suena a parodia sin gracia, y lo peor es que nos lo quieren hacer tragar como algo serio... ver para creer.
- Sarah Connor… jamás debiste volver. Tu personaje era lo poco que quedaba inmaculado de esta malograda saga pero debe ser duro haber pasado casi treinta años en el ostracismo rodando bazofias de serie Z… Enhorabuena porque has añadido una más a tu filmografía.
- Da igual que ruedes 100 secuelas, los Terminator siempre van a volver. Esto es como en Matrix, el futuro ya está programado de antemano, y si consigues cambiarlo, se regenera actualizado. Como Skynet ya no existe, nos inventamos Legión. Es lo mismo pero con un nombre latino, que ahora eso mola. Pero hombre Donald Trump, ¿cómo se te ocurre perseguir ilegales en la frontera? ¿No ves que estás obstruyendo la salvación de la humanidad persiguiendo a la mejicana equivocada?
- ¿En serio que la humana semimáquina es lo mejor de la película? Una superwoman del futuro, con el suero del supersoldado como el Capitán América como su fuente de poder; físicamente impresiona pero es más amarga que el pastel de vívora y parece tener un problema personal con Sarah Connor sin saber a santo de qué… Que va a "hostiarla" le dice en un adorable español castizo...
- El Rev-9… en fin… hemos asistido a una versión cómica del T-1000, que se mimetiza con petróleo en vez de metal líquido. Además lleva un nuevo accesorio para deleite del nerd más friki: su exoesqueleto puede salir teledirigido de su cuerpo. Diego Boneta, no es que cause temor, es que causa la risa floja.
- Arnold repite el papel de Abuelo-Terminator de Genesys. Siempre habíamos creído que el cyborg T-800 salía de la cadena de montaje con la forma física de un hombre de unos 35-40 años y que duraba unos 150 años si no lo destruían antes… Ahora con la digievolución que nos brindan los reboot, se hacen abuelos y disfrutan de un retiro dorado en el presente donde pueden casarse con guapas muchachas latinas sin que éstas le pregunten que por qué nunca quiere echar un polvete… Pobre Alicia Borrachero, quién le iba a decir a ella que un día se casaría con Terminator pero que su matrimonio iba a ser más casto que la vida de Santa Teresa... El abuelo T-800 de Dark Fate vende cortinas, y se ha pasado casi toda su vida útil ayudando anónimamente a Sarah Connor a localizar Terminators que eran enviados al presente sin ningún propósito en concreto... Todo suena a parodia sin gracia, y lo peor es que nos lo quieren hacer tragar como algo serio... ver para creer.
- Sarah Connor… jamás debiste volver. Tu personaje era lo poco que quedaba inmaculado de esta malograda saga pero debe ser duro haber pasado casi treinta años en el ostracismo rodando bazofias de serie Z… Enhorabuena porque has añadido una más a tu filmografía.