Haz click aquí para copiar la URL
Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de darth_matu:
10
Documental Documental en 3D presentado en el Festival de Toronto 2010. Fue rodado en la cueva francesa de Chauvet, considerada como uno de los mayores tesoros de la humanidad: es una galería de arte natural con más de 400 pinturas rupestres de 32 mil años de antigüedad. (FILMAFFINITY)
12 de enero de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es casualidad que Werner Herzog haya desarrollado este documental sobre la caverna de Chauvet.
Por su historia personal (anécdotas de la infancia de por medio), por su cine, tan emparentado con las expresiones humanas en su contexto y por su ideología, volcada en sus filmes, la cual, según Ricardo Parodi (licenciado en psicología y profesor de cine) giran en torno a las mismas cuestiones repetidas en diferentes situaciones: Lo absurdo y lo inútil como características inherentes del iluminismo y el método racional al afirmar que todo saber tiene un camino, un modelo de ejecución que puede ser rastreado y aplicado en pos de la verdad, univoca, platónica.

Por esto ultimo pienso que la realización del filme en una caverna no solo tiene anclaje con la particularidad de las obras artísticas mas antiguas de la humanidad hasta ahora conocidas, sino también muestra una señal por parte de Herzog de jugar de visitante en el terreno mismo del racionalismo, de las verdades universales, fundadas quizás en el pensamiento occidental con esa abominable (al menos para quien escribe) teoría de la caverna del inefable Platón.

Herzog hasta se da el lujo de bromear con esa teoría utilizando un fragmento del filme "En alas de la danza" en el que Fred Astaire rememora las fabulosas representaciones cavernarias y el teatro chino (que mantienen el mismo principio) bailando con sombras gigantes, cual figuras divinas, imponentes, celadoras, que en un momento dejan de replicar las acciones del bailarín para cobrar autonomía, disociando realidad de proyección.

Es así que la película se parte en dos. Una primera parte apoyada en la ciencia, en lo técnico, en esos profesionales que intentan explicar, develar, transpolar toda la lógica de hace 30.000 años atrás hacia el presente, hacia nuestro pensamiento, costumbres, formas de vida. En la segunda mitad, Herzog parece tirar por la borda todos sus esfuerzos demostrando, que aun con los mayores adelantos técnicos, cuidados ambientales, medidas gubernamentales, puertas de acero y microclimas, siempre habrá interrogantes, eslabones perdidos, agujeros en una reconstrucción estéril.

Es que el director se apoya en la premisa que defiende hacia el final del metraje al afirmar (arriesgadamente) que nada de lo que ocurre es real, que todo es producto de un tiempo y un espacio y que imaginarlo es posible, pero nunca afirmarlo, deducirlo y así justificarlo (Como lo ha hecho la iglesia católica durante mas de 2000 años), usando la metáfora de cocodrilos mutantes productos de la radiación y el pseudo progreso, coloca a la humanidad, esa entidad que los científicos intentan definir como el producto del pensamiento evolucionado, de la escritura, de la complejidad social, política y religiosa plasmadas todas estas en el arte, al mismo nivel que las especies originadas por esa radiación, unos cocodrilos mutantes sin melanina que se desplazan por un ambiente igualmente artificial a unos pocos kilómetros de las cavernas

Lo que Herzog dice es que esos cocodrilos somos nosotros, la humanidad forjada en miles de años de convenciones culturales, de sistemas de representación y fórmulas económicas, de ataduras morales y de una fisificidad dependiente, que succiona nuestra libertad de pensamiento y nos encaja, nos mantiene presos en el tiempo y el espacio.
Como lo afirma en un momento del filme "Estamos atrapados en la historia, ellos (por el hombre de hace 30.000 años) no".

Así, la búsqueda de una mirada objetiva, de una motivación definida se vuelve absurda, vacía, inútil e innecesaria y las palabras que llenaban el filme durante su primera parte comienzan a escasear. Es momento del silencio y apreciar las pinturas, el arte de estos hombres que han viajado en el tiempo por medio de su obra, pero no para que los conozcamos a ellos, ni siquiera ellos mismos (como nosotros) deberían saber quienes eran, sino para que admiremos su visión del mundo, su manera de contemplar lo inabarcable, la existencia y todos sus inexplicables fenómenos. O dios, como quieran llamarlo.
darth_matu
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow