Contiene algunas de las escenas y gags más recordados de tan nutritiva colaboración, como aquel de “firme aquí, donde pone timado” que tanto juego nos ha dado en noches dipsómanas, el de la pelea en la caravana entre una Adriana Vega que empieza vestida, pero pronto acaba en pelota picada, y Loreta Tovar o la del casino, donde se refieren a un bizco como “el vizconde”. La habitual misoginia de las pelis de Ozores está aquí muy presente, como en la escena en que uno de los personajes dice que nunca le ha tocado la lotería y otro le responde si le parece poca lotería tener una mujer que apenas habla. El reparto lo completan habituales del género como Antonio Ozores como cabecilla de los timadores, la hermosa Marcia Bell, Emiliano Redondo en el papel de millonario jugador alérgico a los gafes, Alfonso del Real como comerciante timado y el gran Antonio Gamero también timado al haber sido pillado en flagrante infidelidad. Imprescindible.