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Voto de Juan Nadie:
4
Western Los pistoleros que mataron a cinco personas indefensas cometieron un gran error: tenían que haber matado a seis. Bill Meceita (John Phillip Law) vive para un propósito, vengar la masacre de su familia por los cuatro bandidos que ocupan puestos de autoridad en el nuevo oeste “civilizado”. Ahora, quince años después, se entera que uno de la banda, Ryan (Lee Van Cleef) va a ser liberado de prisión y que está buscando a los hombres que lo ... [+]
12 de julio de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El éxito de mis westerns tuvo consecuencias desastrosas. La marea de engendros que provocó en Italia fue horrible. Vi todo estos subproductos, o casi. Y al principio me hacían cierta gracia. El hecho de que el público manifestara interés por ellos al menos reveló que el Oeste seguía cargando de magia y que el hombre de la frontera era un héroe todavía vivo en el corazón de los espectadores.

Pero lo cierto es que eran bodrios a cual más absurdo. No habían entendido nada de mis películas. Incluso los más respetados me parecen horribles, como los de Sergio Corbucci y Sergio Sollima. Conozco muy bien a Corbucci, trabajamos juntos en varias ocasiones. Es un hombre que domina la técnica, pero hacer westerns no es cuestión de técnica. Hace falta espesor, verdad y profundidad, y nada de esto se encuentra en los westerns de Corbucci. Menos en ese tan prestigioso para los franceses de Il grande silenzio (1968). Es tan falso como pretencioso, con esa idea gratuita de que transcurra en la nieve. Y Sollima es un falso intelectual. Antes de dirigir ejercía la crítica de cine y escribía anónimamente diálogos, corregía sinopsis, en films de todo tipo. “El halcón y la presa”, tenía una historia maravillosa, que le escribió Sergio Donati, mi guionista. La rivalidad entre un cazador de recompensas y un fuera de la ley injustamente reclamado, que acaba convirtiéndose en amistad. Pero Sollima la desaprovechó del todo.

Del western europeo salvaría “Yo soy la revolución” (1968) de Damiano Damiani, protagonizado por dos de mis estrellas en “La muerte tenía un precio” Gian María Volonté y Klaus Kinski. Y no sé yo si algo más.

Por eso me disgusta que todo el mundo me señale como el padre del Spaghetti –western. Porque soy el padre, si, pero de un montón de hijos de puta.

Y desde luego comparto en todo lo dicho por Sergio Leone.
Juan Nadie
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