La educación, (del latín educere "guiar, conducir" o educare "formar, instruir") puede definirse como:

* El proceso multidireccional mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar. La educación no sólo se produce a través de la palabra: está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes.
* El proceso de vinculación y concienciación cultural, moral y conductual. Así, a través de la educación, las nuevas generaciones asimilan y aprenden los conocimientos, normas de conducta, modos de ser y formas de ver el mundo de generaciones anteriores, creando además otros nuevos.

Pues bien, la película digamos que trata su primera acepción, educando el cómico veterano al novato, y a la vez, el veterano aprendiendo ciertas cosas del novato.
La segunda acepción es la que hubiera deseado que conociesen los que asistieron a la misma sala que yo.
Pero vayamos por partes.

Adam Sandler encarna al cómico veterano (George Simmons), el cual tras diagnosticarle una enfermedad de cierta consideración, se empieza a replantear un poco su vida en general (logros, reconocimiento, vida social y amorosa...) y al cruzarse con el cómico vocacional (Seth Rogen interpretando a Ira) decide acogerlo como ayudante (en gran parte para que le haga compañía)
Y así vamos viendo las entrañas del mundo de la comedia, donde los cómicos generalmente son desgraciados que cogen sus miserias y las transforman en risas para los demás.
Quizás se abuse un poco (cosa común en Apatow) del humor de pollas y pollas al cuadrado, pero tiene su cosilla.

Hay un punto, con la entrada de Leslie Mann en escena, que la peli adquiere un enfoque más maduro. En general la intuyo interesante, mejor que la mayoría de comedias actuales.
Y digo intuyo porque aquí interviene el factor de los espectadores sin educación, los típicos niñatos (no encuentro otra palabra, lo siento) que no saben que hacer un viernes por la tarde y se meten al cine, a hacer casi de todo menos ver una película en condiciones. Les gusta comentarla a viva voz, resaltar lo que creen gracioso (porque a veces ríen a desgana, se nota) con risas de Frankenstein en batería baja y esperando ver un par de tetas para pajearse verbalmente. Esto sin comentar cuando dan patadas al asiento, les suena el móvil o se ponen a hablar con sus coleguillas como si estuvieran en casa con la tele de fondo.

Todas estas actitudes influyen a la hora de ver una película y yo no he podido disfrutarla por culpa de gente así.
Así que por favor, el cine no está barato como para hacer el capullo en la sala de cine, si vas para pasar el rato, o no jodas la marrana o búscate un hobby que sea más barato, y saldrás ganando tú y todos.

Dicho esto, finalizar diciendo que podría ser una nueva película-sincerización, donde Adam Sandler repasa su carrera y ve que las cosas no le fueron como deseaba.
Un chiste triste para sacar sonrisas sinceras.