Hoy en día utilizamos las palabras muchas veces sin saber lo que decimos, mezclando unas con otras, deduciendo que decimos una cosa y en verdad estamos diciendo otra.
Así pues, catalogamos de obra maestra, obra de arte, obra de culto y un sin fin más de calificativos, como si todos fueran el mismo. Admito que posiblemente yo haya caído en más de una ocasión en este mal vicio, pero desde que vi Hierro 3, me ha quedado totalmente claro uno de esos términos: obra de arte.

Según la Wikipedia (que haríamos sin ella...) una obra de arte es, cito textualmente, "una creación, tal como una composición musical, un libro, una película, un grabado, una escultura o una pintura, que ha sido hecha con la finalidad de ser un objeto de belleza en sí mismo, una expresión simbólica o bien la representación de un concepto determinado. Lo opuesto es un objeto práctico o útil, aunque bien puede ocurrir que un objeto sea varias cosas al mismo tiempo."

Efectivamente, la obra de Kim Ki-duk, es una obra de arte, donde sus planos y composiciones son de una belleza incalculable, donde se utilizan unos personajes u objetos y una trama para sugerir al espectador conceptos, sensaciones e ideales, no una historia al uso.
Por tanto, para valorar una obra de arte, en este caso la película de Kim Ki-duk, interfieren las percepciones y sensibilidades de cada uno, la moral y la atención puesta en el momento que se observa.

La soledad y sus silencios, la búsqueda de rellenar el hueco que deja en nuestros corazones. La libertad de elegir nuestras convicciones, y ser fiel a ellas.
Hierro 3, el palo que menos se usa en el golf, el que libera a una mujer de su opresión, el que casa a la perfección con Tae-suk.

Lo dicho, una obra de arte.