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Voto de Carlos A Hernanz Mayoral:
8
Drama Martín Echenique (Federico Luppi) es un director de cine argentino que lleva más de veinte años viviendo en Madrid. Detesta su país y se niega a recrearse en la nostalgia. Su hijo, al que todos llaman Hache (Juan Diego Botto), tiene 19 años y vive en Buenos Aires con su madre. Ni estudia ni trabaja; callejea y toca su guitarra eléctrica. Después de cinco años sin verse, vuelven a encontrarse en Buenos Aires cuando Hache sufre una ... [+]
25 de noviembre de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera vez que ví ésta película tendría unos 16 años, ya me interesaban la filosofía, los problemas existenciales y las preguntas sobre el sentido de la vida, pero me pasó como la primera vez que ves una película surrealista de mi admirado Buñuel, quizá no interpreté bien ciertas cosas por pura inexperiencia, vamos que había cosas que no entendía. Ahora cada vez que la revisiono veo cosas que antes no veía.
Pero vayamos con la película, que en mi opinión es un cóctel de excesivas cantidades de drogas, uno de los pilares centrales de la película que claramente son una vía de escape para los personajes interpretados por Juan Diego Botto, y Eusebio Poncela, cada uno a su manera, además de la gran carga filosófica, unas veces pesimista , otras existencialista, estoica o claramente nihilista.
Por un lado tenemos al Personaje de Federico Luppi, el colmo del purismo, que tiene un hijo del cual quiere hacer alguien igual a él, en todos los sentidos, pero por otro lado, sería incapaz de aceptar el ser superado por su hijo en cualquier cosa, quiero decir, él piensa que Martín es él, perfecto e inigualable, director consagrado y persona intachable que no duda en pasar una velada de sexo y drogas con una mujer de dudosa procedencia, y luego está Martín Hijo (Hache), del cual piensa que en el mejor de los casos sería una buena, pero incompleta imitación suya, cosa que ni de refilón es, en parte por la deprimente situación que vive.
De Dante decir unicamente que es el clásico vividor seguidor del vive y deja vivir y que la interpretación es muy buena.
Tras éste análisis queda comentar que es una película que invita a la reflexión, de las que te hacen pensar e interpretar los pensamientos que hacen en voz alta los personajes, de todas maneras una dosis menor de TODAS las drogas hubiera conseguido un efecto similar.
Te la recomiendo si estás dispuesto/a a entenderla y a plantearte las situaciones de los personajes.
Al ser cine social abunda la crítica social y yo echaría en falta grandes planos pero en éste género siempre es más importante el mensaje y el contenido que la forma. (7.75/10).
Carlos A Hernanz Mayoral
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