Original, corta, directa y sin artificios. Dos personajes principales y poco más, casas corrientes y la calle como escenarios de la acción. Con una trama bastante sencilla y creíble, cuyo desarrollo y narración consigue hacer que sea interesante hasta el final, Nolan consigue hacer una película clásica de intriga. Se puede reconocer el mérito de un director, guionista y fotógrafo novel, y obviando esto, también se puede ver como es una muy estimable película.
A mí personalmente me emociona ver los inicios, ya buenos, del ídolo que considero a Nolan, y cómo en diez años, desde este comienzo que algunos podrían llamar amateur, ha ido evolucionando hasta hacer dos de las mejores películas de los últimos años: Memento y The Dark Knight. Sin duda este hombre merece todo el éxito que está teniendo, y que espero que siga conservando.