La idea original de la saga Saw cada vez es tenida menos en cuenta, y ya no saben que contarnos ni de que manera. Una película por año cuesta esfuerzo (aunque ahí esta Allen, que pese a todo algunos altibajos si tiene), las ideas se acaban y los guionistas se las tienen que ingeniar como sea. En esta cuarta parte de la saga, todo esto se nota. La película básicamente es una mezcla de las anteriores tres entregas, removiendo el pasado para no perder al personaje de Tobin Bell. Eso sí, los inventos macabros no faltan.

La sorpresa final de la primera película, o incluso la segunda, quedaron abandonadas en la anterior entrega, y en esta intentan metérnosla doblada de mala manera.


Y aún queda 3 películas más...