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Francia Francia · París
Voto de keimus:
4
Drama A los 33 años, Grace Kelly, una gran estrella de Hollywood, renunció a su carrera como actriz para casarse en 1956 con el príncipe Rainiero III y convertirse en Su Alteza Serenísima la Princesa Gracia de Mónaco. La historia se ambienta en plena crisis política y económica entre Francia y Mónaco, crisis en la que la actriz americana estuvo involucrada. (FILMAFFINITY)
27 de mayo de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los puntos más oscuros del Festival de Cannes fue la apertura del festival con Grace de Mónaco, semibiopic sobre la legendaria actriz Grace Kelly, quien luego de obtener un Oscar, dejó las cámaras y los flashes para convertirse en su Alteza Serenísima Princesa Gracia de Mónaco.

Pero la película, al contrario del nombre no tenía nada de serena. Desde los días previos a su presentación, el film generó polémica luego de que los Grimaldi (la familia real) lo tacharan de inexacto, literario (en el peor sentido de la palabra) y comercial. Sin embargo, lo anterior lo que hizo fue aumentar la curiosidad por una cinta que finalmente en su estreno, según los cronistas, generó un silencio absoluto, una ambiente desasosegador. En las horas subsiguientes a la presentación, salieron las críticas de la película, en la que se le tachaba como un “filme biográfico de la realeza peor que Diana” (The Guardian, en una de las mejores críticas que recomiendo), “un melodrama increíblemente idiota” (The Telegraph), entre otros.

Y creo que tienen algo de razón porque este film es una de esas suertes de prevalencia del estilo sobre la sustancia. O en otras palabras, una de esas cintas con fotografía atrapante llena de imágenes bellísimas y paisajes magistrales que se acompañan de una buena banda sonora, a la que le falta historia que acompañar. Porque la película aunque pareciese tener una historia, lo cierto es que no la tiene o si la tiene no la cuenta, o la cuenta mal. El guion es torpe, aburrido, cursi e inverosímil (no voy a mencionar que para el director, el presidente de Francia y el príncipe de Mónaco se comunican en inglés). Si bien la premisa era buena la premisa era buena (las historias de hadas no son como las pintan y ser princesa conlleva una gran responsabilidad), la ejecución es algo catastrófica. El derrotero que toma la película nos hace pensar que estamos viendo más de lo mismo sin originalidad o algo que la destaque. No ayuda tampoco la mala construcción de los personajes que nos hacen ver a tipos tan interesantes como el príncipe Raniero III o Charles de Gaulle como pobres tontos, caprichosos, crédulos, que no saben una pizca de diplomacia o tan siquiera administrar un puesto de limonada. Y todo ello para darle protagonismo a una Grace, que a pesar del buen trabajo de Nicole Kidman, no termina de colar o de ser creíble. O qué sé yo, de gustar.

En la crítica que escribí aquí sobre la vie en rose dije que aquella me había parecido una buena historia mal contada. En esta ocasión tengo que ser un poco más severo y decir que estamos frente a una buena premisa mal ejecutada, cuyo visionado no recomiendo en cines sino en Netflix. No pierdan el tiempo y su dinero en cine.
keimus
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