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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de urbana:
9
Comedia. Drama Montevideo, Uruguay. Jacobo Köller, el dueño de una modesta fábrica de calcetines, arrastra una vida gris y de una monotonía asfixiante. Su relación con Marta, su empleada de confianza, es estrictamente laboral y está marcada por el silencio y la rutina. Esta monotonía se ve súbitamente amenazada por el anuncio de la inesperada visita de Herman, el hermano de Jacobo, que vive en el extranjero, y con el que ha perdido contacto desde hace ... [+]
23 de diciembre de 2009
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hermosa y entrañable película... Es de esas historias que, aunque pequeñas, perduran en mi memoria y en mi corazón, y necesito volver a ver cada tanto. Será porque tal vez disfruto naturalmente más y me despierta mayor curiosidad el retrato de vidas pequeñas como éstas que el de grandes personajes o héroes.

Estoy convencida de que cada persona tiene una historia que contar, que no es ni más ni menos que aquello que le pasa. Y cuando un director talentoso es capaz de llevar este tipo de retratos al cine, la experiencia no puede ser sino maravillosa.

Whisky es la historia de estos seres modestos y grises, sumergidos en su apagada rutina: don Jacobo, el dueño de una pequeña y ya obsoleta fábrica de medias ubicada en un humilde barrio de Montevideo; Marta, su leal empleada de hace muchos años que lo acompaña silenciosamente, y el hermano de Jacobo, que se reencuentra con él después de muchos años de ausencia, en ocasión de una ceremonia en honor a la madre muerta de ambos.

Ante la inminente llegada de su hermano, Jacobo, acomplejado de su chata vida en la que sólo ha sabido administrar la vieja empresa familiar que apenas sobrevive, decide pedirle a Marta que se haga pasar por su esposa durante la estadía de su hermano. Y es así como se da una situación que los saca de la rutina, y pone de manifiesto la soledad en la que viven, los rencores y las culpas entre hermanos que subyacen latentes en la historia pero que los personajes no verbalizan, la necesidad de Jacobo de la mentira para ocultar una realidad personal vergonzante frente a su hermano, la incomunicación y la incapacidad de expresar los sentimientos.

Es notable cómo esta historia se nos cuenta mucho más a partir de sus imágenes que a través de los diálogos. Con escasos diálogos, las imágenes operan de manera muy efectiva para transmitirnos la realidad de sus personajes: la destartalada fábrica, con paredes que se descascaran y persianas rotas; el modesto barrio montevideano y el viejo café en el cual Jacobo suele beber su insípido desayuno todas las mañanas; su oscuro departamento, desordenado, lleno de polvillo y con los restos apilados de los objetos que pertenecieran a su enferma madre; las desoladas calles de un balneario en temporada baja cuya atmósfera sólo refuerza el sentimiento de soledad...

La película tiene este tono triste, pero es también de una mirada profundamente enternecedora hacia sus personajes. Uno empatiza con ellos y hasta se siente identificado en alguna medida. Porque todo lo que les ocurre es humano. Y en esta lucha por sobrevivir a la soledad, a algunos no les va tan bien (el caso de Jacobo), y otros tal vez puedan ver alguna lucecita al final del túnel (Marta?).
urbana
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