Aquí tenemos al Keanu Reeves, que estaba rodando 47 Ronin en tierras asiáticas y le moló el rollo del taichi, karate y demás disciplinas. Tomando un sake con su entrenador personal salió el tema y le dijo, venga hacemos una de Taichi, yo dirijo y tu de protagonista. El entrenador personal le dice asi como filosófico, ni tu eres director, ni yo actor, pero vamos con ello, aunque llamamos a otro actor.
Como Keanu no sabe dirigir, llena la película de combates, y los operadores de cámara chinos los graban en automático, porque están cansados de grabar pelis de patadas, y el entrenador personal le dice al actor que ponga cara de Keanu Reeves para actuar, porque no es actor, y esa cara luce aunque no sepas actuar, pero sabe dar patadas, eso sí. El guión no existe, es lo del maestro que te enseña a dar cera y pulir desde el lado bueno del yang, pero me voy pasando al lado oscuro porque luce mas Darth Vader que el Skywalker, y luego todo vuelve a su cauce. Si te gustan las tortas chinamente coregrafíadas, lo pasarás bien, para el resto...