A veces pienso que en los largometrajes de acción de la última década, los guiones son construidos sobre la marcha, a trompicones, o simplemente... bosquejan un puñado de diálogos, a través de los cuales se construye todo el entramado, de saltos, persecuciones, cabriolas, explosiones y cada uno de los elementos necesarios, para construir un tipo de película, que alimente a sus consumidores más fieles.

EL OTRO GUARDAESPALDAS, ha sido diseñada de igual modo, o eso me ha parecido... Ryan Reynolds, cuyo perfil parecía encajar en el de un actor con cierto talento, se ha deslizado por el tobogán de la acción barata, aunque el presupuesto de estas salchichas cinematográficas, sea alto.