Si nos atenemos a lo que cuenta su director Jalil Lespert, Y. S. L. fue un triste y pusilánime creador, dirigido por su compañero Berger, el auténtico director de la firma así como la estabilidad emocional del diseñador.

Este biopic, no ahonda para desentrañar las profundas miserias, ni las grandezas creativas del genio de la Alta Costura, se queda en la superficie, escarbando tímidamente en sus pequeñas excentricidades. Hubiera sido conveniente un calibrado más minucioso que nos llevase a entender tan complicada personalidad.

Entretenida, pero carente de ese fulgor deslumbrante, que tal vez ocultase una vida más rica en experiencias de todo tipo.

Basándonos en el retrato que sobre Yves, destaca la película; cuando los años fueron pasando y la corte de admiradores aumentó, la locura del diseñador fue ascendiendo, rodeado de fiestas salvajes y escándalos que acordonaron la vida del creador.

Hermosa la escena final....