La forma en que tropecé con ella resulta tan sorprendente como su propio visionado.
Polemizando sobre la violencia en ciertas películas, alguien me habló del Club de la lucha.
-Tienes que verla, y si te gusta, me entregarás dos horas de tu tiempo.
Aquella propuesta me desarmó, pues quien la hizo intentaba salir conmigo desde hacía tiempo y había ido dándole largas.
La alquilé de inmediato, la apuesta era fuerte y me enfrenté a ella con cierta distancia... A los pocos minutos, la trama, la estructura, los personajes y el ritmo me cautivaron... Dejó de importarme que a partir de la mitad, se mezclaran a partes iguales, golpes y sangre... Me había atrapado.
Pagué gustosamente el precio en tiempo, y construí una bonita relación con quien me la recomendó...
Ahora yo hago lo mismo, y si os gusta tanto como a mí, enviarme un mensaje.... Tal vez surja una buena amistad...