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España España · PONTEVEDRA - vigo
Voto de LEUGIM:
6
Romance. Drama Tilo es una bella joven formada en el antiguo y mágico arte de las especias. Ordenada con poderes especiales para ayudar a los que acuden a ella, Tilo tiene una habilidad sorprendente para sentir los problemas de los demás y visualizar su futuro y su pasado. Tilo trabaja en San Francisco, en una pequeña tienda llamada El Bazar de las Especias donde, guiada por los consejos de sus especias, encuentra el remedio perfecto para todo el que ... [+]
11 de diciembre de 2016
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Chica de las especias me hizo recordar una historia que me sucedió, y ahora paso a relataros: Posee toda la fuerza de las esencias que se deslizan por algunos hogares y sus cocinas:

Cuando regresaba a mi apartamento, siempre aparecía la señora Asun, que seguía considerándome su protector, y yo a ella, mi benefactora culinaria.
-Venga y le invito a una copita de licor de cerezas. Estoy horneando unas tartitas.
-Por qué hace esos pasteles?
-Algunos son para una pequeña tienda que se encuentra al final de la calle, la atiende un matrimonio muy mayor. Hace años, cuando mi hermana murió les llevé una de mis tartas, después de probarla, y me encargaron varias. Se vendieron tan bien, que desde entonces todas las semanas me hacen un encargo. La esposa me pidió la receta y yo se la di.
-Fue muy generosa.
-No, no era generosidad –Se rió la señora Asun- Cuando ella las preparó nunca le salieron igual.
-¿Mintió en los ingredientes?
-No, jamás haría algo así. Le di la receta, exactamente igual que yo la hago.
La señora Asun me miró, acariciando una de mis manos, mientras levantaba un dedo:
-Cada vez que preparo uno de mis bizcochos, pongo el amor de mis manos, porque los miro con cariño y vuelco los ingredientes con delicadeza, para que se entremezclen los apetitosos aromas. Después acaricio el cuenco donde incorporo las cortezas de limón, la canela, la vainilla, y las aliento a que se empapen de sus propiedades fragantes. Luego hago que reposen, horneo a fuego lento y de esa manera se funden desatando la cremosidad de sus cálidas esencias.
-¿Ese es el secreto?
-Compro harinas ricas de trigos bien cuidados, y los huevos frescos me los vende una mujer tan mayor como yo, que alimenta a sus gallinas con verduritas y cereales, permitiendo que corran libres por los campos picoteando hierbas.
LEUGIM
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