Haz click aquí para copiar la URL
Mongolia Mongolia · Escala de Richter
Voto de Eric Packer:
7
Comedia. Romance Cuatro historias independientes con un escenario común: la ciudad de Roma. En la primera, un matrimonio americano (Woody Allen y Judy Davis) viaja a italia para conocer a la familia del prometido de su hija (Alison Pill). En la segunda, un italiano (Roberto Benigni) se hace famoso sin motivo de la noche a la mañana. En la tercera, un arquitecto californiano (Alec Baldwin) visita Roma con sus amigos donde conoce a un estudiante (Jesse ... [+]
23 de julio de 2012
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para nadie es un secreto que Woody Allen es un ferviente admirador del trabajo fílmico de Federico Fellini; en múltiples ocasiones ha hecho homenaje a sus obras, desde su The Purple Rose Of Cairo que tiene ciertas similitudes con Le notti di Cabiria, pasando por Radio Days que hace eco a Amarcord, Alice que hace recordar a Giulietta degli spiriti, pero quizás una de las más vilipendiadas obras de Allen, Stardust Memories es considerada por muchos un plagio, más que homenaje, a Otto e Mezzo. Y sin embargo en su más reciente obra: To Rome With Love, de la que por obvias razones se esperaba algo así, extrañamente no hay un homenaje directo a Fellini (la inclusión de los acosadores paparazzi alude tenuemente a La Dolce Vita, el par de narradores que se dirige a la cámara son situaciones vistas previamente en Amarcord o en Roma, sólo una de las historias a grosso modo y siendo muy brillantes relacionaríamos a The White Sheik), quizás muchos asiduos a la obra de Allen suponíamos algo como esto sabiendo de antemano las predilecciones del autor neoyorquino. To Rome With Love, al igual que las recientes Vicky Cristina Barcelona y Midnight In Paris, son obras que se sirven del lugar en el que fueron filmadas para realizar un paseo turístico guiado mientras se nos inmiscuye en las vidas de los personajes o la anécdota del film nos es contada incluyendo como aderezo ciertos estereotipos culturales del lugar y su gente. Estos últimos filmes están a años luz de los estudios filosóficos de la etapa seria de Allen que algunos preferimos por sobre su lado cómico que aunque nunca es vacío ni fácil llega a ser repetitivo debido a los tics verborréicos allenianos. Como en You Will Meet A Talk Dark Stranger aquí hay una serie de historias individuales que se desarrollan en un punto en particular y que poco o nada tienen que ver una con otra, si acaso tienen un punto en común es la futilidad, la mayoría son historias que rayan en el absurdo, fársicas, irónicas, existencialistas, satíricas con elementos surrealistas o recursos fantásticos, caricaturescas se podría decir: recuerdan la mayoría al trabajo literario del propio Allen, a sus relatos de Cuentos sin plumas y Pura Anarquía; desmenuzar o intentar contar una a una las viñetas sería revelar mucho de la trama y no obstante, hay que mencionar que todas son graciosas, desde el particular sentido de la comedia que Allen acostumbra manejar, es decir, es un cierto estilo del humor elitista, por decirlo de alguna manera, que contiene referencias literarias, artísticas y en ocasiones presenta una que otra frase, chiste o gag realmente hilarantes y para la posteridad. Ninguna de las historias en particular llega a ser decepcionante, si acaso se pone en tela de juicio el lapso de tiempo para que pase de una a otra y lo estático que puede llegar a ser el avance individualmente. Mucho más cómica que Midnight In Paris, pero sin ninguna enseñanza o algo que llevara a la reflexión y la volviera inolvidable como esta sí lo tuvo. To Rome With Love es la muestra maestra de un septuagenario que vive para y por el arte fílmico y que aún sigue vigente, a pesar de aparecer en la pantalla de plata con una senectud más que notoria (ese ojo izquierdo cansado de Woody Allen y a medio cerrar) no se le ve por ningún lado algún rasgo de vejez a su oficio como realizador. Y, perdonen la terquedad, pero considero que el tener de fondo a una capital como Roma y sabiendo lo representativa que fue no sólo en su cine sino en la historia del Cine hubiese sido el mejor pretexto para que Allen expresase un “ciao, Federico” como el que en la monumental Roma, del propio Fellini, le dice Anna Magnani para ponerle el toque de distinción, memorable y no volverla una buena película más en su amplísima filmografía.
Eric Packer
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow